Historia

El asedio del Castillo de Villena: Martes, 26 de abril de 1707

Estamos en el día D + 1. Recordemos lo escrito en la “Relación Puntual” para el día 26. Grosetete seguía el día 26 en su castillo con sus hombres y al ser derrotados los austracistas el 25 en Almansa, los restos de las unidades que pudieron escapar se dispersaron en dirección a Játiva y Alicante, plazas leales al Archiduque Carlos. La consecuencia directa de la derrota es que los desorganizados austracistas que escapaban con dirección a Alicante, tenían que pasar por Villena... Y de la Grosetete, que de profesional tenía mucho, aprovechó para salir de “caza”.
Si el ejército borbónico e incluso el capitán de la Grosetete, perseguían por toda la zona a los elementos austracistas que sobrevivieron a la batalla de Almansa, los civiles de Villena, Yecla, Fuente la Higuera y Almansa hicieron lo propio. Esta actuación de los civiles tras las batallas, era corriente en la época. Aquellos soldados que participaron en la batalla, si tenían algo realmente de valor, lo llevaban encima. Si morían en el combate, sus pertenencias se quedaban con ellos, por lo que desvalijar los restos mortales de los caídos era una buena oportunidad de sacar tajada de la desgracia ajena. Y esa “salida” civil se alargó por todos los montes hasta la plaza austracista de Játiva. A pesar de ser civil, todos los enemigos que se resistían eran muertos y por supuesto, desvalijados. Los “cazadores” encontraron estandartes enemigos, armamento, equipo militar, etc. Los equipajes, carros, etc. que habían podido huir, los austracistas los escondieron en el interior de los bosques y montañas.

Recordemos finalmente una de las notas más enigmáticas y sorprendentes de todos los relatos consultados. En la “Relación Puntual” pone que uno de los prisioneros austracistas dijo haber visto “…el tesoro de los enemigos”. Los enemigos de los austracistas eran los borbónicos... ¿de qué tesoro borbónico hablaría? Si él había visto el tesoro del enemigo borbónico, es que lo tenían los austracistas: ¿Cabe la posibilidad de que ese tesoro se enterrase en la Rambla del Panadero de Villena? ¿Puede que ese tesoro fuese el actual Tesoro de Villena? La imaginación, insisto, es libre.

JOSÉ VICENTE ARNEDO LÁZARO
Ganador del IV Premio de Ensayo e Investigación “Faustino Alonso Gotor”.
Socio de las Comparsas de Estudiantes y Marruecos –Cronista y Museo–
.

Nota de Redacción: Con la presente entrega concluye la serie de artículos dedicados al asedio del Castillo de la Atalaya de 1707, preámbulo de la Batalla de Almansa. Deseamos que esta iniciativa haya sido de su agrado, y agradecemos públicamente a José Vicente Arnedo Lázaro habernos dado la oportunidad de publicarla para disfrute y enriquecimiento de nuestros lectores.

(Votos: 0 Promedio: 0)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba