Historia

El asedio del Castillo de Villena: Sábado, 23 de abril de 1707

Hawley dijo para este día que la batería de cañones austracista se quedó sin municiones y tuvo que parar el fuego debido a que el convoy del Marqués de Atalaya, que había ido a Alicante a por municiones, todavía no había vuelto. El inglés continúa diciendo que aquello no tenía visos de final. Ante un posible ataque borbónico, los austracistas trazaron un campo más fuerte. Finalmente los generales austracistas se reunieron en el Gran Consejo de la Guerra y deciden ir en busca de los borbónicos que ya sabían que estaban en Almansa. Hawley vuelve a mencionar las bajas austracistas ante Villena: sobre 100 hombres muertos, sin contar heridos.
El día 23 es el día de la Carta de Friesheim. El holandés escribió que estuvieron viviendo de lo que había en los almacenes de Villena y cañoneando el castillo. Confirma que los cañones dispuestos contra el castillo eran 6 de 12 libras, al igual que lo dicho por Hawley y que al final coincidía con lo dicho por Couto. Y vuelve sobre lo mismo: el cañón de 12 libras no suponía ningún peligro para el castillo. Sigue confirmando, como todos, que el día 24 partirán para Caudete –como así fue–. La carta se interrumpió aquí y la terminaría el 27 en Alcira.

Por otra parte y para este día, gracias a la “Relación Puntual” sabemos que Berwick salió para “…ver si había medios de socorrer el castillo de Villena”. El objetivo principal de Berwick era reconocer y estudiar la situación del ejército austracista en Villena, no lo olvidemos. Tras su contemplación, el Sr. Mariscal y haciendo uso de sus indudables conocimientos militares, determinó que la posición adoptada por los austracistas en la plana de Villena, era muy ventajosa para la defensa. Recordemos que Berwick vino a Villena de reconocimiento con una fuerte escolta de unos 500 jinetes de caballería. Tal masa de hombres sería muy difícil de ocultar si venía por el llano de Caudete a cara descubierta. ¿Qué camino seguiría Berwick en su viaje a Villena de ida y vuelta desde Almansa? Desde mi punto de vista, el Mariscal Berwick seguiría los arbolados montes desde Almansa hasta Caudete. Y desde Caudete sopesamos dos posibilidades. En primer lugar, pasar a seguir los cabezos que hay a la izquierda de la actual autovía dirección Madrid hasta la montaña de Villena llamada el Morrón, siempre buscando la ocultación de la montaña. Quizás desde el Morrón sí que se adelantase algunos metros con menos jinetes, pero siempre con sumo cuidado porque ese ya era terreno llano y delante tenían a 25.000 enemigos. Y en segundo lugar, pasar a la derecha de Caudete y seguir por la montaña denominada la Lácera –más conocida como la Toconera–, hasta aproximarse a los Cabezos de Villena –pasando el llano cenagoso– o enlazar con las alturas de la actual carretera que va a Yecla, a la altura del Tiro a Pichón. Muy posiblemente siguiera la primera opción porque aunque tuviese una menor visión de la situación real, el trayecto es más corto y menos peligroso que plantarse a escasos cientos de metros del enemigo que sí que tenía apoyada una de sus alas en los mencionados Cabezos. Lo que sí que está claro porque ninguno lo comenta, es que los austracistas que asediaban el Castillo no detectaron su presencia.

Los austracistas y ante Villena, tenían una buena posición táctica defensiva. Berwick, como todo buen Mariscal pidió la opinión de sus subordinados... y todos fueron de su opinión: atacarles en Villena era una temeridad. Buena memoria tenía el anónimo escritor de la “Relación Puntual” cuando escribió literalmente todo lo que dijo el Mariscal sobre el asunto. Su idea estaba clara: más valía perder solamente el borbónico Castillo de Villena que perder a todo el ejército borbónico de Berwick por querer salvar a Villena. Nuestro Mariscal se fue muy sentido y apenado, al abandonar el Castillo de Villena a su suerte. Seguimos con toda una declaración de intenciones: “… pero no desconfiaba de que el castillo hiciese sus defensas”.

Al final del párrafo se insiste en una idea que rondaba a Berwick: bajar hasta Caudete, avanzar por el llano y librar la batalla a las puertas de Villena. La consecuencia directa es que la conocida como Batalla de Almansa podría haberse llamado de otra forma: la Batalla de Villena. De haberse producido el avance que dice la “Relación Puntual”, Villena habría sido escenario de la famosa Batalla entre borbónicos y austracistas.

JOSÉ VICENTE ARNEDO LÁZARO
Ganador del IV Premio de Ensayo e Investigación “Faustino Alonso Gotor”.
Socio de las Comparsas de Estudiantes y Marruecos –Cronista y Museo–
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