El Volapié

El buen suelo del Paseo

Me encanta el suelo del nuevo Paseo y del desaparecido Parterre. Antes, cuando lo acababan de regar, o cuando estaba lloviendo, o sin demasiadas razones evidentes, atravesarlo conllevaba grave riesgo de caídas. Que haberlas, habíalas. Todo indica que ahora esta circunstancia está solucionada, lo cual es de agradecer. Por ello voy a aplaudir a los artífices de la obra hasta que me duelan las manos.
¡Plas!, ya me duelen, porque vaya castaña nos han dejado para… ¿cuántos años por lo menos? Cuando en los años cincuenta realizaron la anterior reforma integral de este lugar emblemático, cuidaron mucho de mantener la esencia del Parterre mejorándola, aunque cometieron el error hortera de pretender la conversión el Paseo en una malísima imitación de la preciosa Explanada de Alicante. Pero en el recinto quedaron dos ambientes claramente diferenciados y que han ido cumpliendo su cometido con el paso de las décadas.

Lógicamente –al unirse los vándalos con la falta de mantenimiento– su grado de deterioro creció exponencialmente en el último lustro y nuestros queridos Paseo y Parterre necesitaban cuidados urgentes. Sin embargo, el desmoche al que han sido sometidos es indignante.

El Paseo –el Parterre– debía haberse reformado con el ánimo de que volviera a convertirse en lugar de encuentro con los amigos, en improvisada sala de lectura, en el mejor parque de juegos para los niños y senda para el caminar de nuestros mayores; lo que siempre ha sido y a lo mejor vuelve a ser, pero dentro de dos días este impresionante invierno dará paso a la canícula y veremos quién es el guapo que encuentra por allí un recodo donde cobijarse. Sin duda tendrán que actuar en breve sobre esta reforma porque –sin entrar en gustos ni estética– no parece que el enclave y sus aledaños vayan a resultar prácticos.

Comencé alabando sinceramente el suelo poroso antideslizante y me pregunto si no se podía haber obrado de otra manera más acorde. Todo indicaba que este equipo de Gobierno iba a ser recordado por la construcción de una nueva plaza de toros para Villena con la misma fachada y en el mismo lugar en el que se encontraba la anterior, pero tras el bodrio del Parterre se ampliará el bagaje.

Este Paseo –a pesar de lo feo que me parece– hubiera quedado indiferente en cualquier zona de nueva creación en cualquier ciudad de características similares a Villena, pero resulta completamente inadecuado en el enclave neurálgico en el que está. ¿Y los aledaños? ¿Y el giro de los autobuses? ¿Y la zona peatonal? ¿Y el tráfico? ¿Y el problema del aparcamiento? ¿Y el embudo? ¿Y el badén? ¿Se acuerdan de cómo era plaza de Santiago antes de la inapropiada construcción de la Casa de Cultura? Fuera de cacho y a la que al poco tiempo hubo que habilitarle –por ejemplo– un nicho para el proyector. ¿Y la Plaza de las Malvas? Era un jardín precioso al que debieron dar mejor tratamiento. ¿Y si hubieran sido los socialistas? ¿A ustedes también les duele Villena?

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