El caso Richart
De modo que según nos informaba este semanal el pasado viernes el concejal de VCD Juan Richart se declaró dispuesto a no aprobar los próximos presupuestos municipales si no se rectificaban un par de puntos sobre los que no está de acuerdo (no está de acuerdo él, no el grupo político al que pertenece, sino él). Y según el comunicado del Equipo de Gobierno Tripartito de nuestra ciudad, no hay constancia de tal resolución por parte de este concejal, al menos de modo oficial. De modo que en la política villenera volvemos a tener el cirio montado. Y digo en la política villenera como quien dice en casa de Belén Esteban.
Sigo leyendo: el señor Richart no está dispuesto a aprobar unos presupuestos que difieren en un par de puntos con el programa que su partido presentó en las pasadas elecciones. La pregunta es sencilla, viene a huevo: ¿En esos dos puntos no está dispuesto a ceder y en el resto de la docena sí? Pero nos encontramos rápidamente con otra pregunta sencilla, que igualmente viene a huevo: ¿Usted no está dispuesto a ceder pero el resto de su formación política sí? Y así podríamos seguir escribiendo una a una el resto de las cien preguntas que surgen a raíz de la situación provocada. Incluso al resto de las mil preguntas que no harían más que poner en evidencia el sentido de la representación ciudadana, del sentido de la formación de partidos políticos, del sentido de la coalición de partidos para conformar un Equipo de Gobierno
Un tema sin duda interesante y preocupante desde mucho antes de Tucidides y hasta mucho después de que nuestra especie desaparezca para volver a dejar espacio a estegosaurios y pteranodones.
Mientras tanto, de la noticia en sí, me parece muy interesante que lo que ocurre en el convento salga al fin a la calle. Y me refiero a toda aquella rumorología acerca de chantajes, presiones, tensiones y falta de confianza y apego en el seno del Equipo de Gobierno de Villena. Porque si las cosas de la familia se quedan en la familia igual que lo que ocurre en Las Vegas se queda en Las Vegas, creo que no ha de ser igual en nuestra transparente democracia. Porque en nuestro caso lo que ocurre dentro nos afecta aquí afuera. Y si para que funcione esa relación triangular que dirige y gestiona los intereses de nuestra ciudad resulta que una mayoría debe dar su brazo a torcer con el único fin de no perder el Gobierno de la ciudad pues habrá que ver cuáles son las ganancias y cuáles las pérdidas. Porque puede suceder que cediendo el tripartito a la impostura de un voto-llave, capaz por tanto de desmontar nuestro Ayuntamiento, en realidad seamos casi cuarenta mil cabezas las que nos estemos doblegando al capricho de una sola persona.
Me impresiona que ante lo que califiqué en su día como un programa electoral de manual, ahora el número uno de Villena Centro Democrático intente imponer su minoría a favor de estos dos de sus apartados. Porque el señor Juan Richart ha ido, quizás de momento, a apostar por sus promesas sobre el pago de la SGAE y sobre la reducción de cargos de confianza. Insospechado: sin duda. Lo que no quita que si se consigue salvar el presente conflicto, llegados los presupuestos de dos mil catorce el concejal se niegue a aprobar los presupuestos si no se ofrece un servicio de autobús gratuito en nuestra población
Y llegados a tal asunto, al igual que ocurre en este, no podríamos hacer otra cosa que volver nuestras miradas hacia el señor Pedrosa, compañero de destierro y de fundación de partido. Mirar al concejal de VCD Juan Carlos Pedrosa, como ahora lo miramos, y preguntarle: ¿Y usted qué dice al respecto? Silencio y salicornios recorriendo las calles, imagino, como ahora. ¿Y el resto de su partido, el resto de primeras figuras de VCD? ¿Mari Paz Poveda, Virtudes Amorós? ¿Nada? No es posible. Porque tengamos algo de seriedad, algo tendrá que decir este partido de Villena, de Centro y de Democracia respecto a la postura de su número uno. ¿Nada? ¿Nada?
Entonces, me temo, que esto se está poniendo de patada al brasero. Si lo que yo debo entender al respecto es que uno de los dos concejales de VCD pone en jaque unos presupuestos municipales presentados junto a los otros dos partidos gobernantes Apaga y vámonos. Si lo que debo entender es que si se paga a la SGAE y si se reduce el número de cargos de confianza, entonces el señor Richart votará a favor Apaga y vámonos. Porque si el señor Richart hiciera lo mismo respecto al control de basura que entra a nuestra ciudad, respecto a la solución al problema de las vías, de un proyecto que diera empleo a una o varias centenas de personas de Villena , quizás podría entenderlo. Porque ha sido elegido para representar, defender y gestionar nuestros problemas e intereses. Pero esto
En cualquier caso no puedo engañarles, queridas personas, presiento que es bueno que la mierda salga afuera, que este señor se exponga de forma tan clara y sincera. De este modo podemos al fin conocer el modo en que entiende y practica el ejercicio político: pese a su partido, pese a su Equipo de Gobierno, pese a su ciudad: sus opciones. Un terrible modo de imponer los mil votos que le entregaron el acta de concejal sobre los veintitantos mil restantes
Dicen que hemos perdido la confianza en la política, pero cuando el ejemplo se ceba en un vecino en un círculo social tan cercano como Villena comenzamos a perder la confianza en las personas. Que pase el siguiente