¿El Centro Integrado?
Acaba de aparecer una noticia sobre nuestro Centro Integrado. Ya la habrán leído antes de llegar aquí. Nada preocupante. Resulta que todo está bien y que se van a realizar unos ligeros ajustes para poder ahorrar y mantener (prácticamente) los mismos servicios. Vale. Menos mal. Pero. Lo que más me inquieta de la noticia es la sensación de haber sido pillado por sorpresa. Como si descubrieras inesperadamente que tienes un hijo de cuarenta años viviendo en un pueblo de Idaho. No se ha hablado mucho del Centro Integrado últimamente. Salvo por la inauguración del nuevo servicio de oncológica. Poco más
a simple vista. Tal vez rumores
Rumores. Como que Mercadona se va a quedar con nuestro sistema sanitario, o que no se van a realizar radiografías en nuestro Centro Integrado. Rumores. Pero
¡Claro! En los tiempos que corren
, tanto hablar de los crecientes problemas sanitarios, de la prima de riesgo, de los impagos de la administración autonómica, de los recortes
¡Claro! Cómo no vamos a ponernos en lo peor. Cómo no creer que van a reducir notablemente los servicios de nuestro Centro Integrado, que al final nos van a dejar en la estacada
Estoy a tiempo de revisar la noticia en busca de esas palabras que acaben con la congoja: pero no, no hay por parte de nadie una enunciación clara y explícita sobre la indemnidad de nuestro centro. Seguramente, con seguridad, posiblemente, lo más seguro, en principio no, no me consta que se haya determinado, unos ajustes en esta época estival
¿Por qué nadie da una respuesta concreta? Sí. No.
Lo que nos queda: pedir explicaciones a las personas responsables del funcionamiento del Centro Integrado de nuestra ciudad no, no hablo del concejal, por supuesto. Exigir conocer qué se está poniendo en juego, antes de que sea demasiado tarde. Evitar que nos lo quiten. No quejarnos por lo que hemos perdido. Luchar por lo que está vivo. No lamentarnos, ni mostrar nuestra indignación por lo que nos han quitado. Enfrentarnos. No perseguir dando gritos al ladrón. Sino exigir información fidedigna sobre los ajustes que sobrevuelan nuestro Centro Integrado. Y si no somos capaces de conseguir una declaración pública y firme de la Concejalía que se sustenta de nuestros votos, ya sabemos sobradamente lo que se puede esperar: balbuceos, sonrisas y evasivas; entonces debemos buscar en los empleados públicos, en el personal del Centro, en sus responsables, una respuesta precisa de los peligros sobre los que tenemos que mantener la alerta. Porque podemos amenazar (que ya es triste tener que hacerlo) con manifestaciones y comunicados advirtiendo, presionando, sobre la situación en la que se vería nuestra comarca. Luchar, resistirnos, defender. Porque, no nos engañemos, lo que se ha perdido, perdido está.