Educación

El colegio Santa Teresa debe ser desalojado por problemas estructurales

Sus alumnos comenzarán el curso en las aulas del colegio Ruperto Chapí y la Escuela de Adultos, a la espera de la instalación de aulas prefabricadas en su centro

El alcalde, Fulgencio Cerdán, y la edil de Educación, María Server, junto a la directora del centro y los responsables de Conselleria y la Inspección educativa, han anunciado el cierre del colegio Santa Teresa, ubicado en el barrio San Francisco, debido a los problemas estructurales detectados en algunos de sus edificios durante una inspección.

Ello va a suponer, apuntaba Cerdán, “la necesidad de construir un nuevo centro, como en el caso del colegio Príncipe Don Juan Manuel, porque dado su estado es más barato construir que reparar”.

Aunque el traslado afecta a relativamente pocos niños –87 entre Infantil y Primaria– y se podía haber optado por repartirlos entre los diferentes colegios, el ayuntamiento, preocupado por la posibilidad de la pérdida de este centro, apostaba por “mantener unida a la comunidad escolar y trabajar para que pueda volver lo antes posible a sus instalaciones”.

Por ello, y de común acuerdo con la dirección del colegio, la dirección territorial de Educación y la Inspección educativa, se ha optado por trasladar a todos los alumnos a las instalaciones del colegio Ruperto Chapí y la Escuela Permanente de Adultos así como facilitar un transporte gratuito para los escolares y mantener el servicio de comedor, que se seguirá prestando en el colegio Santa Teresa, dado que se ubica en un edificio no dañado.

La edil de Educación señalaba que las familias han sido informadas con anterioridad de todas estas noticias y subrayaba que “en ningún momento ha existido riesgo ni para los alumnos ni para el profesorado”, pero la situación imponía tomar esta decisión para evitar males mayores en el futuro. Además, al igual que los demás presentes, agradecía las facilidades y empatía que han mostrado las direcciones y claustros del colegio Ruperto Chapí y la EPA.

De este modo, la prioridad del ayuntamiento es conseguir que Conselleria instale lo antes posible aulas prefabricadas en el colegio para que los alumnos puedan volver al mismo –algo que no es para nada sencillo y puede llevar meses, como ya vimos en el colegio Príncipe–, y posteriormente tratar con los nuevos responsables de Conselleria a fin de conseguir priorizar al máximo la licitación y construcción del nuevo colegio, que el alcalde espera que “signifique mejoras importantes respecto a las antiguas instalaciones y pueda suponer un revulsivo para el barrio”.

Esperando a los nuevos responsables de la Conselleria

Por su parte, Luisa Pérez, inspectora de Educación, señalaba que el objetivo de la medida, además de garantizar la seguridad, era “asegurar el normal funcionamiento del curso y seguir prestando una atención correcta al alumnado”, mientras que la directora del colegio, Luisa Pérez, lanzaba un mensaje de tranquilidad a las familias y señalaba que “cada clase va a tener su propia aula y el mismo número de maestros, por lo que la normalidad va a ser total”.

Por último, el Director Territorial de Educación, David Vento, apuntaba que “se va a cumplir con el calendario lectivo con todas las garantías mientras que se trabajará para que las aulas prefabricadas lleguen lo antes posible al colegio”. No obstante, hoy es el último día en su cargo de Vento, que deja paso a un nuevo equipo en Conselleria, por lo que las decisiones ya no están en su mano. No obstante, concluía, “ya he comunicado este problema a los nuevos responsables de Educación para que sigan trabajando para solventarlo lo antes posible”.

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