Literatura

El Día del Libro más villenero

Un buen momento para repasar libros publicados en Villena, o que hablen de Villena, o escritos por autores de aquí…

Este jueves 23 de abril es el “Día del Libro”, además de ser el “Día de la Comunidad de Aragón” y el “Día de la Comunidad de Castilla León” y, por supuesto, “Días Grandes” de “Fiestas de Moros y Cristianos” de pueblos vecinos, pero este año 2020 es un año diferente que nos ha traído un confinamiento en nuestras casas y ha obligado a suspender o aplazar actos de fiestas, celebraciones y homenajes y a poner en “parada” o “espera” nuestras vidas más o menos ajetreadas o tranquilas.

Otros años se ha celebrado el “Día del Libro” leyendo una obra en voz alta entre todos como la lectura ininterrumpida de “El Quijote” que se hace en el “Círculo de Bellas Artes” de Madrid desde hace más de veinte años (este año será virtual y se podrá ver en su página web), o las maratones de lectura que se realizan en muchas bibliotecas o Casas de Cultura de pueblos y ciudades, o las actividades de fomento de la lectura que se realizan en colegios, institutos, bibliotecas,… o la costumbre de ese día, cada vez más amplia, que añade “La rosa de Sant Jordi” a la compra de un libro, o las presentaciones y firmas de libros, o cuentacuentos y recitales…

Y, sin embargo, este año podemos celebrar el “Día del Libro” de otra manera, de hecho, ya lo vamos haciendo en estas semanas de “quedateencasa”, ¿quién no ha cogido un libro en estos días, hart@ de remirar y arreglar armarios, estanterías y cajones, de hacer limpiezas y comidas, de preparar postres y dulces, de dedicar horas a manualidades o reparaciones, o a tejer con ganchillo o agujas, de intentar hacer tablas y estiramientos y recorrer pasillos del piso o la casa como si de paseos o rutas se tratase, de ver televisión, series, películas o escuchar música? Si ya cuando cogemos el teléfono y abrimos Whatsapp o Facebook, que tenemos un montón de mensajes para leer, la lectura ocupa un rato de ese tiempo que, en algunos instantes, nos parece inmenso por la incertidumbre y el miedo, quizás podamos también echar un ojo a algunos de los libros publicados en Villena, o que hablen de Villena, u otros de autores villeneros y tal vez puedan ayudar a pasar uno de esos momentos.

Y así se pueden ver, ojear u ojear, leer o releer algunos de los libros de José María Soler García (“Cancionero Popular Villenense”, “Diccionario Villenero”, “Villena. Prehistoria-Historia-Monumentos”, “Historia de Villena. Desde la Prehistoria hasta el siglo XVIII”,…) u otros autores como Eustaquio Cabanes Hernández y su “Jelipe y Antón. Cosas de mi pueblo”, y otros libros como “Las “familias poderosas” de la ciudad de Villena en el Antiguo Régimen: análisis del ascenso, formación y consolidación de un grupo de poder” de José Azorín Abellán, o un curioso libro de fotografías antiguas “Villena 1900. Museo Etnográfico Jerónimo Ferriz”, o “Medicina popular y espiritismo. Estudio en el valle del Vinalopó” de Concepción Reviriego Alohalla con prólogo de Don Julio Caro Baroja, o “Teatro religioso en las fiestas de Villena”. “Representaciones teatrales dedicadas a la Virgen de las Virtudes” de José Fernando Domene Verdú con prólogo de Ángel L. Prieto de Paula, o “El Orejón de Villena” de Pedro Villar Sánchez con ilustraciones de Pepe Hernández Amorós, o “Romancero Villenense. Historia, Tradición y Leyenda” de Gaspar Archent Avellán, o “Los juegos de la segunda infancia en Villena a mediados del siglo XX” de Eleuterio Gandía Hernández, o “Apodos de Villena. Investigación sobre su antroponimia popular de Ricardo Celiberti Morales, o “La Colonia de Santa Eulalia: Una historia patrimonial de largo recorrido” escrito por Juan Pedro Muñoz Chico, o “El otro Tesoro de Villena” de Santiago Villar Monné, o “La Huella del Ángel. Villena-Primer Principado de la Península Ibérica” de Vicente Valero Costa con prólogo de Ángel L. Prieto de Paula, o “En la memoria del viento” “Escarcha en el pelo”, o “El silencio y el mar” de Enrique Botella.

Para los que les gusten las biografías, “Joaquín María López (1798-1855). Biografía de un tributo liberal-progresista al servicio de España” de Antonio José Juan Guill o la que escribió Antonio Sempere sobre “Alejandro Amenábar” dedicando el libro a José García Sanjuán y con prólogo de Antonio Muñoz de Mesa. O los libros editados por el Instituto Hnos. Amorós, el de los veinticinco años y el de los cincuenta y otros frutos de trabajos de alumnos y profesores como “La problemática de las aguas subterráneas en Villena. Una experiencia didáctica interdisciplinar”. Hay también un pequeño libro, editado como 2º Premio de Eustory. Concurso de Historia para jóvenes europeos, en el curso 2017-2018, con el título “La huella del “Chicharra”. Memoria de una época” que aunque fruto del trabajo de alumnos y profesores del Colegio San Francisco de Asís de Yecla, es curioso por la información sobre este medio de transporte que llamaban VAY (Villena, Alcoi, Yecla).

También están libros corales con capítulos dedicados a Villena como “Castillos y torres en el Vinalopó” coordinado por Gabriel Segura Herrero y José Luis Simón García con tres artículos: “Castillo de Salvatierra” (Villena, Alto Vinalopó) a cargo de Fernando E. Tendero Fernández, “El Castillo de la Atalaya” (Villena, Alto Vinalopó) que firma Laura Hernández Alcaraz y “Las murallas Medievales de Villena” (Alto Vinalopó) de Marco Aurelio Esquembre Bebia, José Ramón Ortega Pérez, Miguel Luis Cereceda y José Miguel Esquembre Menor, o un pequeño cuadernillo, encuadernado en un llamativo color naranja, del año 1985 en valenciano y castellano “Rutes d’aproximació al patrimoni cultural valencià. El Castells del Vinalopó” con un capítulo sobre el Castillo de la Atalaya en el que colaboró José María Soler, o “Jornadas de Antropología de las Fiestas. Identidad, Mercado y Poder” coordinado por Manuel Oliver Narbona en el que participa con una ponencia José Fernando Domene Verdú. O una curiosa guía sobre el río “La aventura del Vinalopó. Recorre con nosotros el río más largo de Alicante y descubre sus secretos” de Juanjo Segura y Vicente Segura con fichas técnicas y mapas además de contar con múltiples códigos QR, entre sus páginas, con los que van detallando sitios, ciudades, monumentos, puentes que se pueden ver a través de los teléfonos móviles y dispositivos electrónicos.



Y otras guías curiosas son: “Camino de Santiago. Camino de la Lana”, editado por Asociaciones de Amigos de los Caminos de Santiago de Albacete, Caudete, Guadalajara y Novelda, con la etapa 03: Sax-Caudete de 28’1 km que recorre Villena y su término, o “Camino de Santiago. Camino del Sureste. Guía práctica”, de Manuel J. Aliaga Martínez, Francisco J. Serra Escolano y Pedro A. Serrano Gómez, editado por Asociación de Amigos de los Caminos de Santiago del Sureste de Novelda-Alicante y Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Albacete con la 2ª etapa, Novelda-Villena de 34’9Km, y la 3ª etapa, Villena-Yecla de 23’8 km que describen el paso por Villena y su término que es donde tomaban diferente rumbo los dos caminos que transcurren por la zona.

Hay otro libro curioso de título “Almansa” escrito por Alfonso Dánvila dentro de los libros que dedicó a “Las luchas fratricidas de España” que novela la vida cotidiana de pueblos implicados en la Batalla de Almansa. Y, después de esta selección propia, no quiero dejar de nombrar un libro escrito en 1918, “Manual de Pronunciación Española” de Tomás Navarro Tomás, filólogo, bibliotecario e intelectual español que nació en La Roda de padres villeneros que volvieron a Villena cuando a su hijo le faltaban unos años para terminar bachillerato, cuyo título en Artes obtuvo en 1902 en Villena, un libro que en los años 80, setenta años después de haber sido escrito, era libro de cabecera de algunas asignaturas de Filología en muchas universidades. Tomás Navarro Tomás fue un gran investigador, con el musicólogo Eduardo Martínez Torner, y dentro de la tarea de recolección de la música tradicional española, compiló entre 1931 y 1933 el llamado “Archivo de la Palabra” donde, con el fin de conservar la música popular y la cultura española, grabó las voces de destacados personajes públicos de todas las esferas junto con el elenco de romances, canciones populares y melodías tradicionales que había recogido Martínez Torner. Como director del laboratorio de fonética experimental del Centro de Estudios Históricos (CEH) impulsó y coordinó los trabajos de investigación para la construcción del “Atlas Lingüístico de la Península Ibérica”. Fue director de la Biblioteca Nacional de España entre 1936 y 1939 e ingresó en la Academia de la Lengua Española el 19 de mayo de 1935, para ocupar el sillón "h" minúscula, con un discurso sobre El acento castellano”.

Buen “Día del Libro” para todos y buenas lecturas, y como el 23 de abril también es San Jorge, felicidades a Jorges, Jordis, Jurgens, Jordans, Georges, Georgias, Georginas, y un recuerdo para los de Onil, Alcoi y Banyeres de Mariola que este año no tendrán sus calles llenas de celebración y Fiestas.

Por: Milagrosa Esperanza Esplugues Megías.




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