El Volapié

El Maquiavelo de León

¿Se esconde la figura de un maligno Maquiavelo detrás de la ingenua imagen de ZP? ¿Cómo es el individuo que se encuentra dentro y detrás del presidente del Gobierno? ¿Cómo ha influido su personalidad en una carrera política que le ha llevado hasta la Moncloa y de qué manera determina ahora la gestión humana de su cargo, por ejemplo en la elección de ministros y su relación con ellos?
El periodista José García Abad ha construido un perfil de José Luis Rodríguez Zapatero, en su libro El Maquiavelo de León, que está alejado de la imagen de ingenuidad y bonhomía para dar paso a otra que muestra a un maligno y dañino animal político, desvergonzado, ambicioso, inepto, controlador, personalista, obsesionado con la imagen y que cree estar marcado por un carisma mesiánico.

El autor es un periodista de izquierdas que se ha comportado como un entomólogo de la información, fue fundador de Diario 16 y es en la actualidad el presidente del Grupo Nuevo Lunes y El Siglo de Europa, también autor de otras obras como La soledad del Rey, Adolfo Suárez. Una tragedia griega y Las mil caras de Felipe González. Éste es con toda seguridad el texto más duro y más implacable que hasta ahora se haya pergeñado sobre el todavía presidente del Gobierno. Quien se acerque a estas páginas entenderá perfectamente qué clase de individuo es el que nos está dirigiendo, según el criterio del autor.

Lean: "Si él estima que se la haces, pone tu nombre en la bala. Se toma su tiempo, pero finalmente dispara. Las balas las tiene contadas y no derrocha ninguna. Pero tenlo seguro: ni olvida, ni perdona”. Sigan leyendo la conversación entre Zapatero y Caldera: “¿Por qué me cesas, José Luis. ¿Qué he hecho yo para merecer esto? ” Y ZP se lo explica: “Por tu política inmigratoria”. “Será por la tuya”, replicó el exministro. Y el de León le aclaró con su peculiar y cínica sonrisa: “Por eso, Jesús, por eso”.

Según la contraportada, el lector descubrirá en este libro a un personaje convencido de que su intuición es infalible, caprichoso en la selección de sus ministros y de sus altos cargos –a los que suplanta y ningunea con frecuencia, que sólo improvisa en los actos de Gobierno pero nunca en la puesta en escena, en la que es un consumado maestro; cómo y con quién toma las decisiones al margen de las instituciones de gobierno, por medio de un teléfono móvil; cuáles son sus verdaderos amigos; cómo se relaciona con los empresarios; cómo se ha formado y cuál es el papel de su beautiful people; así como su ejecutoria como aprendiz de brujo de los negocios revelando aspectos nunca contados sobre operaciones relacionadas con el BBVA, Endesa, Repsol y Telefónica.

ZP piensa que sea cual fuere el problema que se presente, tiene la formación y los criterios suficientes para resolverlo. Es como un niño. Los niños no saben dónde está el límite y creen que pueden volar como Superman.

Demasiado benigno me parece el dictamen.

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