Cultura

El muerto al hoyo

Se me ha escapado. Me debatía entre decirlo y no decirlo y al final se me ha escapado: lo he dicho. Vamos a echarle la culpa al frío. Hace un frío tan terrible que los grajos del refrán en lugar de volar bajo se desplazan sobre sus dos patitas igual que la gallina que cruza la carretera. Hace tanto frío que hasta los cerebros están congelados. Y aún así, después de leer las noticias sobre los actos conmemorativos programados para celebrar el aniversario de Chapí, lo primero que me vino a la cabeza fue aquel conocido dicho: “El muerto al hoyo y el vivo al bollo”.
Reconozcamos al menos que la frase tiene su molla y que las generosas cifras destinadas desde tan diversas arcas a los actos y ceremonias en recuerdo del compositor franco-villenero, perderían poco más que boato y parafernalia si se dedicaran además a apoyar proyectos artísticos generados por las nuevas generaciones artísticas de nuestra ciudad (la de Don Ruperto).

Diré así a bocajarro que me ha cogido a pie cambiado todo el tema del centenario del fundador de la Sociedad General de Autores (para más Inri). Pero reconozco que la propuesta es inevitable: después de cierto número redondo de años tras el nacimiento o muerte de un personaje ilustre es tradición en gran parte de nuestro planeta realizar una serie de actividades y ceremonias que honren y reivindiquen el genio y figura de la persona en cuestión. Aún así me ha pillado a pie cambiado, no puedo decir otra cosa. Lo que es, es. Y eso no se lo quita nadie. Así que, sin cambiar de opinión, reconozco que debo andar algo trastabillado.

Lo supongo porque algo similar sentí cuando la señora Celia nos regaló unas palabras tras la presentación de la Revista Villena. De su discurso apenas recuerdo un par de cosas. La primera, quizás por ser la que más me caló, fue su insistencia contenida al recomendarnos la compra de la revista (tal sugerencia me trajo a la memoria un momento hace años en que largué aquellos doce espléndidos euros para comprarla). La segunda cuestión que llamó mi atención en la intervención de la señora Celia llegó cuando destacó una de las características con las que hacía valer la publicación. (Por descontado, no textual): “Al recibir este producto, estaréis adquiriendo un resumen de la vida social y cultural villenera del presente año”. No está ahí la sorpresa, por supuesto, sino en la enumeración de tal resumen anual: “Encontraréis artículos y ensayos sobre la Torre del Orejón, Joaquín María López, Don Ruperto Chapí, etc.” Vamos, actualidad de la buena, del día a día, material de portada, espejo y memoria de otro glorioso año villenero.

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