El PP vuelve a pedir el arreglo de los accesos a la estación del AVE
Las últimas lluvias obligaron a intervenir a las grúas porque varios coches quedaron atrapados
Dos son las mociones que el PP presenta al Pleno ordinario de junio. En la primera de ellas se vuelve a reclamar, por enésima vez, la construcción de un acceso directo a la estación AVE desde la autovía y, mientras se consigue, un mantenimiento digno y adecuado de los accesos desde la carretera de Pinoso y Sierra Salinas.
El portavoz popular, Miguel Ángel Salguero, recordaba que “tenemos una infraestructura de primera con unos accesos de tercera”, por lo que esta petición es recurrente desde que se inaugurara la estación AVE hace 9 años.
La última petición fue hace dos años, y fue ignorada, pero Salguero apostaba por “seguir insistiendo, porque lo mismo ha pasado con la accesibilidad en la estación convencional, largos años reclamada, y por fin parece que se va a acometer esa actuación”.
El hecho de volver a pedirlo ahora responde a lo sucedido durante el último episodio de lluvias intensas, hace algo menos de dos meses, cuando varios usuarios quedaron atrapados por el barro debido al mal estado del camino y fue necesario llamar a las grúas para resolver el problema.
Por ello, los populares creen que “hay que seguir reclamando” y proponen que se apruebe esta moción, remitiendo al acuerdo al Ministerio de Fomento para que dictamine sobre qué administración recae la competencia de estos accesos y se actúe en consecuencia.
Esto sucede por la descomunal torpeza de haber hecho una estación comparable a la de Atocha, sí, en el gastazo inamortizable.
Con el inconveniente de que se estableció en un paraje inhóspito, cuando Villena contaba con el beneficio de que su estación ferroviaria tradicional se halla desde siempre en el centro de la ciudad, pudiendo desde cualquier punto del recinto urbano, más en la actualidad en que las maletas ruedan, acceder a los trenes con suma comodidad.
Cuánto se gana en tiempo no lo sé, porque yo no viajo en el AVEchucho ese. En cualquier caso, con el trajín de tener que irse allá abajo a cogerlo, necesitando de un medio de locomoción propio o ajeno, ya desmerece cualquier posible ganancia de minutos una vez que el susodicho convoy sobre raíles se pone «en vuelo».