¿Cómo están ustedes?

El primer congreso

La semana pasada, teniendo que ser sinceramente agradecidos, se nos quedó en el tintero el propósito de nuestra columna: traer recuerdos del I Congreso Nacional de Fiestas de Moros y Cristianos celebrado en Villena entre el treinta de agosto y el dos de septiembre de 1974. Ya dijimos que la invitación de la Comparsa de Labradores para hablar sobre "Religión y Fiestas" nos había exigido revisar bibliografía sobre la cosa. Entre ésta, fundamental, las actas de dicho congreso. Así nos vino la memoria de aquellos días de cuando, camino de los once, aún teníamos diez años.

Y decíamos que la ciudad todavía se alteró, bellamente, más de lo que se altera en fechas previas a las Fiestas. Además de las sesiones del congreso, hubo un desfile de hermandad con representaciones de comparsas de diferentes poblaciones festeras, hubo conciertos, exposiciones... Hubo trajín. Obviedad decir que con diez años, a un mes de cumplir los once, no nos preocupó el Congreso. Pero, desde esa indiscreción de los niños que parece que no están pero sí que están, sí recuerdo algunos comentarios de mi padre conversando con los amigos sobre las conferencias. Así, como niños, como no estando pero estando, escuchamos que lo que había dicho Restituto López Hernández era, para unos una provocación, una irreverencia, una butade, para otros que tenía más razón que un santo... Restituto López había venido a decir que no hacía falta organizar tanto la Fiesta.

Pasados los años, cuando interesados por las Fiestas leímos las actas, nos encontramos con las palabras de Restituto que literalmente había afirmado que "sin órgano supralocal o sin comisión de fiestas [...] en Villena, el día 5 de septiembre estarían todos los festeros en La Losilla, con músicos o sin músicos, con arcos o sin ellos, porque las costumbres no se pueden institucionalizar [...]". Lo había afirmado en el coloquio después de presentar una comunicación sugerente, ya el título lo era –"Manifestaciones festeras: ¿Espontaneidad, control o dirigismo?"–, donde se preguntaba: "Entonces, ¿por qué convertir nuestras Fiestas en espectáculo, mermando con ello la diversión y desrepresión del individuo?". Hay que entender el revuelo. Y más cuando era la cuarta sesión, y última, de un congreso que, como dijimos en junio de 2006 en nuestra intervención en Entrefiestas, "pretendía canalizar y determinar la fiesta de moros y cristianos para de algún modo perfilar un pedigrí o denominación de origen de la misma." Las palabras de Restituto López, en la comunicación y coloquio, fueron polvareda. Así lo recordaba yo que se lo oía a mis mayores. Y muchas veces me he preguntado por esa posibilidad que ya no sé si podría ser ahora con tanta gente en la Fiesta.

Otro aspecto que recuerdo que fue comentado y que aportaba modernidad frente a la tradición fue el tema de "la Mahoma". Los sacerdotes Rafael Bonet y Ginés Pardo, con argumentos y sensibilidades ecuménicos, en la vigencia del Concilio Vaticano II, defendían la supresión de aquellas manifestaciones festeras que pudieran herir cualquier sensibilidad religiosa. En este sentido, claro y rotundo fue Francisco García –Paco García– que con la contundencia que gastaba en ocasiones afirmó: "Creo [...] que no tiene sentido mantener en nuestra fiesta [...] al profeta Mahoma, simbolizado en un muñeco ridículo y absurdo. Porque considero que las ideas y creencias, justamente por darse a un nivel distinto del meramente festivo, exigen respeto, incluso en una farsa o representación." De ambas cosas, que pasado el tiempo pudimos redescubrir en las actas, oí hablar a mi padre. Si inquieto por la butade de Restituto, sensible a la preocupación de Bonet, Pardo y García.

¿Y así estamos?...

(Votos: 0 Promedio: 0)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba