El problema de la Kvltura II
Puede parecer mentira que después de quinientas columnas venga yo ahora a escribir que temo pecar de imprudente. Como si a lo largo de estos seis años no lo hubiera hecho. Ser imprudente, que no es como ser alarmista, o exagerado. No es lo mismo, porque ese pecado de la imprudencia procede de otro espacio, surge de una previsión de acontecimientos que puede ser tan matemática como instintiva. Hoy como en cualquier ocasión pasada voy a volver a pecar de imprudente, y si no, queridas personas, juzguen ustedes mismas.
La Casa de Cultura suspende las actividades proyectadas para el trimestre en curso. Con vistas al próximo trimestre año se prevé anuncia una programación basada en productos locales. Las actividades que viene desarrollando la Kakv, o que se desarrollan en ella, muy a groso modo pueden resumirse en: un espectáculo de teatro infantil quincenal, un espectáculo de café teatro mensual, un concierto incluyendo los del Club de Jazz mensual, una proyección de cine semanal, una exposición de pintura mensual
; el desarrollo o la asistencia en la Semana de Cine Fantástico, la Semana de Cine, los Cursos de Verano, el Festival de Títeres, el Festival de Folclore, el Concurso de Jóvenes Intérpretes, las fiestas de cada uno de nuestros barrios
; además de dar cobertura a la Asociación Fotográfica, el Conservatorio de Música y Danza, la Biblioteca Miguel Hernández
, así como conferencias y actos de todo tipo realizados por asociaciones, instituciones, partidos políticos y demás. Para el desarrollo del día a día junto a las actividades citadas se cuenta con una persona en la dirección, otra en la administración y con tres trabajadores que realizan labores de todo tipo: son conserjes, son técnicos de mantenimiento, técnicos de iluminación y sonido, personal de carga y descarga, montadores, etc. ¿De dónde se puede recortar en nuestra Kakv si no es para doblegarla y hundirla?
Por el momento está paralizada hasta diciembre.
El Teatro Chapí ha sufrido un nuevo recorte en su presupuesto, del 30%. No queda clara su situación en la configuración de los nuevos presupuestos, pendientes de presentación. Pero sí queda clara su situación en caso de nuevos recortes: reducción de su actividad o, al igual que la Kakv, inserción de producto local en su programación. No voy a entrar al trapo respecto a la trayectoria del Chapí. Pero sí voy a valorar la posición de nuestro teatro dentro del panorama escénico nacional, el lugar que ocupa nuestro edificio, nuestra ciudad, en la provincia, en su relevancia en la Red Nacional de Teatros, y en la memoria de muchas de las compañías que han trabajado en Villena. Es indiscutible realizar una valoración del declive de nuestra imagen en caso de un nuevo re-re-re-ajuste de su presupuesto. Porque entre otras cosas hay que pensar que existe un mundo ahí afuera, más allá de los Alhorines, y que Villena enarbola algunas de sus banderas para hacerse presente en él.
Del mismo modo que corren los rumores sobre el futuro que pueden sufrir la Kakv o el Teatro Chapí con los nuevos presupuestos, comienzan a escucharse rumores que afectan a otros tipos de actividades locales: las Fiestas de los Barrios, por ejemplo. Unas fiestas que además de crear un espacio de encuentro, reunión y celebración entre el vecindario de cada barrio, sirve para atraer la atención de toda la ciudadanía sobre cada una de las zonas de Villena, consiguiendo que una ciudad tan cómoda como la nuestra no se dispersara, mantuviera la unidad.
Lástima que el trabajo realizado desde Cultura con los Barrios se dejara perder en el abandono y el olvido, porque, aunque con ajustes basados en el desarrollo del proyecto, la idea de dar entidad a cada barrio a través de una actividad concreta comenzaba a funcionar, al tiempo que conseguía que el conjunto de los barrios formaran un todo: la danza en el Carril, los títeres en Las Cruces-San Crispín, la magia en el Parque de la música, los payasos en La Paz, el flamenco en San Francisco Algo sobre lo que se puede opinar de muchos modos, incluso el peor, pero sobre lo que no se le puede acusar es de no buscar un objetivo, de falta de base argumental (material y filosófica). Un algo que ya hemos perdido (piensen en el esfuerzo invertido en la idea y el desarrollo, en el invertido en las negociaciones con las asociaciones vecinales, en el sedimento que sólo se consigue con el paso de los años), y que podemos terminar de perder, llegando incluso a ridiculizar estas Fiestas por falta de trabajo como de presupuesto.
Por otro lado tenemos La Plaza, edificio tan emblemático como discutido. Déjenme que les cuente algo. He pasado años despotricando, renegando y maldiciendo contra la idea de La Plaza. Pero en algún momento del primer trimestre de este año abandoné esta actitud. La Plaza iba a ser una realidad y no se puede negar una realidad. Fue entonces cuando tal vez concentré toda mi disconformidad en la Pirámide. Una figura que por en sí misma se exhibía como inapropiada, ostentosa y falta de practicidad. Resultaba un recipiente idóneo. Pero durante el Festival Solidario Imaginacción las evidencias (como la insistencia de Barby y Nemesio) me hicieron reflexionar. Hoy es patente que el espacio de La Plaza y alrededores existen, y que, pese a la inclinación agorera que mantengo al respecto, las actividades que se han realizado allí han tenido un gran poder de convocatoria. De hecho me parece acertada la idea de concertar un precio por entrada a las actividades que se realicen mínimo, mínimo, espero con la idea de sufragar algunos gastos. Aún así espero, bien a través de la esperada auditoria al Ayuntamiento, bien mediante comunicado informativo, conocer el precio de apertura de La Plaza, tanto para empresas como para asociaciones.