El victimismo catalán
Llevamos una semana con primeras planas en los medios escritos de mayor difusión donde no se habla de otra cosa que de los problemas que están atravesando en Cataluña con los trenes de cercanías y los apagones eléctricos. Son el ombligo de España: acuden ministros del Gobierno, dicen que a dar la cara; la vicepresidenta del Gobierno, Sra. De la Vega, realiza declaraciones desde Argentina en el mismo sentido y los políticos catalanes echan la culpa al PP de todo cuanto les está pasando.
A pesar de que Cataluña es la comunidad autónoma en la que más inversión se ha ejecutado y la primera en el Ministerio de Fomento en cuanto a inversiones en 2007, la lectura de sus políticos es tan simple como que la situación actual de Cataluña es fruto de una planificación poco adecuada hace 8 ó 10 años. O sea, es culpa del gobierno del PP, como si hubieran estado gobernando España durante 30 años.
Ése es el mensaje común de los socialistas: escurrir el bulto y echar la culpa al PP de todo cuanto pasa en España, y la Sra. Ministra de Fomento, Dª Magdalena Álvarez, aquella que vino a Villena unos días antes de elecciones a prometer no se qué, se descuelga diciendo que es exactamente lo que ha hecho el PP, no ha hecho nada, y claro, como no hacía nada, no podía causar molestias en Cercanías, ni en Alta Velocidad, ni a los vecinos, como si el PP hubiera gobernado en Cataluña el último decenio.
Hasta los mismos catalanes están reconociendo que el tripartit ha sido un mal negocio para Cataluña, ya que sólo ha servido para taparle las vergüenzas al Sr. Zapatero. Los políticos no saben ver sus culpas, y por eso acaban echándoselas a los Reyes Católicos o a los visigodos si hace falta. Eso sí, este victimismo conllevará nuevas inversiones en Cataluña en detrimento del resto de comunidades, como pone de manifiesto la nueva estrategia electoral, plagada de elogios al crecimiento económico y científico catalán, el adelanto de la inversión para la ampliación de El Prat y la mano dura para los responsables del apagón (Endesa-Pizarro), todo ello vía declaraciones de nuestro Presidente, que a demagogo no hay quien le gane.
Ésta es la factura que vamos a tener que pagar en unos meses. Se acercan las elecciones generales y una vez se vuelva al nuevo curso político iremos comprobando cómo tras el descanso vacacional arrecian las críticas al PP, que tendrá la culpa de la gota fría de septiembre, de que no funcionen los trenes, de los apagones, de que no exista proceso de paz, etc., etc Algo similar nos decían en Villena y no les hemos hecho caso, y ya veis cómo nos va: mejor no podía ir.
En contrapartida, podemos ver y valorar la gestión realizada en otras comunidades autónomas gobernadas por el PP, que puedan agradar más a unos que a otros pero en gestión, eficacia y eficiencia está a años luz de algunos tripartitos. Ahora nos queda que todos esos representantes institucionales que se han dejado ver antes de las elecciones vuelvan a pasar revista a los temas que han dejado aparcados para nuestra ciudad y nuestra comunidad y vuelvan con sus promesas y su demagogia a tratar de convencernos de un nuevo cambio de rumbo y modernidad, pero claro, después de atender a los catalanes, los vascos, los navarros y todos aquellos que con sus minorías mantienen en el poder a un partido que no asume errores, sino que los justifica siempre con el pasado, aunque ellos han sido el pasado más reciente de nuestra historia.