De recuerdos y lunas

En el diván del desencanto

Juan José Torres que se prodiga esporádicamente como Guadiana en este EPdV nuestro regalándonos artículos que son cordura, claridad y –aun la crítica– agua corriente de sosiego y bondad, honra su amistad escribiéndonos una carta sincera que, además de conjurar el distanciamiento de la distancia, nos hace recapacitar sobre nuestro quehacer columnista. Su afecto, que aprecio, se nota en la sinceridad dicha, en el tono y, con desmesura, en la valoración generosa y exagerada que sobre mi persona y mis escritos glosa en su misiva. Yo, con estas letras suyas, estoy muy agradecido por sentirlo más amigo.
Juan José Torres ha estrenado blog, "El diván del desencanto", que es asiento de bellas letras acompañadas de sugerencias musicales que –igual me equivoco– me traen la sensibilidad de otro Torres, la de su hermano Dióscoro, que redunda motivos para justificar mi querencia hacia esta familia. Pero entremos en el gabinete de Juanjo y recostémonos en el diván para hacer de estas letras, al tiempo que carta abierta contestando a las suyas, terapia psicoanalista hablando sobre lo que sentimos sobre nuestra razón escritora. No es la primera vez que nos ocupa esta reflexión. Por ejemplo, cuando "La primera piedra" dedicamos varios párrafos a ello. Pero no viene mal que de vez en cuando nos paremos a pensar qué y por qué escribimos. Y más cuando una voz amiga, directa o indirectamente, nos lo solicita. Voz amiga de verdad porque yo también prefiero, como escribe Juanjo, "los amigos que me encaran a los que me dan palmaditas". Que no olvidemos nunca la moraleja del cuento del rey desnudo para distinguir entre las caricias que nacen del cariño y los elogios que escupe la adulación interesada. Voz amiga de verdad porque en su carta Juanjo me demuestra continuamente sinceridad y grandeza reclamándome opinión sobre asuntos que le preocupan; especialmente sobre algún asunto local sobre el que él ha escrito con juicio.

Y muchas veces yo quisiera también decir sobre cosas villeneras que veo desde la distancia en los periódicos, o de cuando voy a Villena, o de lo que me traen los paisanos con los que coincidido en las carreras de atletismo. De estos últimos ya dijimos la sensatez e inteligencia. Esa inteligencia del pueblo que pelea todos los días por el bienestar, alejado de ambiciones espurias que vienen mostrando algunos políticos que convierten sus cargos de servicio público en lanzadera hacia intereses particulares. Pero cuando nos vinimos con Carlos Prats a empujar este carro de EPdV no teníamos más intención que la de continuar haciendo equilibrios por el alambre que habíamos tendido, "Desde la Ocarasa", en Villena.net; alambre que a su manera quería seguir siendo continuación del "Contemplación de la sorpresa" que con el pseudónimo de Patronio habíamos escrito en "El Eslabón". Nuestra intención era más literaria que política. Luego, es verdad que algunas realidades nos apartaron de literaturas y nos exigieron entrar en escenarios comprometidos. Así fue con el agua donde perdimos más de una amistad que espero que el tiempo, si es verdad que todo lo cura, nos devuelva.

¿Otras cuestiones?... ¡También nos preocupan! Pero faltándonos información, la prudencia nos hace no escribir. Y si es sobre el desgobierno de ahora, ya dijimos algo este verano en "La casa sin barrer".

Así, amigo Juanjo, por mi parte seguiré escudriñando recuerdos y lunas, que son memorias e ilusiones. A ser posible, desde la literatura. Esto siempre que la realidad o una voz amiga como la tuya no nos llame sino para, en el presente, poner los pies en el suelo. Y entonces que sean, tus letras y músicas, diván para curarnos los desencantos.

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