En la mente del jugador moderno: qué nos dicen los datos sobre los jugadores españoles
España es el país con la segunda tasa de juego problemático más baja de todos los países que revelan datos oficiales

Desde su legalización y regulación en 2011, las apuestas y el juego online no han dejado de crecer exponencialmente en España. Lógicamente, este auge tan impresionante ha dado mucho de qué hablar y generado debates en todo tipo de espacios e instancias.
Los debates, así como las reseñas y conversaciones en foros especializados, suelen estar centrados en temas como el nivel restrictivo de la publicidad y bonos de casino.online, cambios en leyes, las plataformas que están de moda, los avances tecnológicos y los nuevos juegos.
Algo que pocas veces ocupa el centro de la conversación es el perfil de los jugadores españoles modernos, sus preferencias, comportamientos económicos, expectativas y motivaciones. Elementos muy importantes para entender este auge y su evolución, y aquí los vamos a explorar brevemente.
Perfil demográfico y participación
La penetración del juego online es cada vez mayor en España. Según el informe “Perfil Anual del Jugador Online 2024” de la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ), ahora mismo hay 1.991.550 jugadores activos, lo que refleja un crecimiento del 21,63% con respecto a 2023.
Como viene siendo desde el primer informe de la DGOJ en el 2015, la mayoría de los jugadores de casino online son hombres, ocupando el 83,15%, con solo un 16.85% de mujeres.
También se mantiene la tendencia dominante de los jóvenes, pues el 85,70% de esos jugadores activos, tienen de 18 a 45 años.
En el 2024 se registraron 459.266 jugadores nuevos, lo que evidencia una enorme cantidad de novatos, mentes frescas que se unen al juego online en medio de su enorme auge.
De hecho, el 21,91% de los jugadores permanecen activos durante un mes o menos y la media de actividad no llega a los seis meses, lo que sugiere una renovación constante y poca ludopatía.
Preferencias de juego
Los españoles tienen una preferencia absolutamente clara que también se ha mantenido en el tiempo: las apuestas deportivas. 1.568.597 de los jugadores activos participan en apuestas deportivas. Es decir, casi todos.
No obstante, los jugadores participantes en juegos de casino fueron los que presentaron una mayor tasa de variación anual, con un 25,43% de crecimiento. El jugador moderno prefiere juegos de choque y títulos inmersivos, que las clásicas tragamonedas.
Muchísimos de esos jugadores activos participan tanto en apuestas como en juegos de casino y póker. La tendencia natural histórica de los españoles es que los jugadores de casino online optan más por participar en las apuestas, que los apostadores deportivos en juegos de casino, pero ambos se complementan.
Comportamiento económico
Los españoles tienen un comportamiento económico en el juego muy marcado por las diferencias entre hombres y mujeres, y entre segmentos de edades.
El gasto neto medio por jugador fue de 706 euros en todo el año, los hombres promediaron 740 euros y las mujeres unos 538. Los jugadores de 46 a 55 años gastaron 1.146 euros en promedio, mientras que los de 18 a 25 años gastaron 299 euros de media anual.
Psicología, problemas y regulación
El auge del juego en línea en España ha estado acompañado por la preocupación de la sociedad española de los efectos del mismo, sobre todo en los jóvenes, que son la mayoría de los jugadores activos.
Preocupación que podía verse reafirmada en informes como el Online Gambler Outlook, elaborado por PwC junto a Netquest en 2016.
Dicho informe llegó a la conclusión de que en aquel momento la principal motivación de los jugadores era el dinero, y que las personas jueguen por dinero y no por entretenimiento representa un problema grave.
Sesgos cognitivos en el jugador online
Según expertos en psicología financiera, las apuestas y juegos online estimulan los sistemas de recompensa cerebral liberando dopamina, proporcionando placer y emoción cada vez que se gana o se está cerca de ganar. Esto es positivo hasta que aparecen los sesgos.
¿Cuáles son estos sesgos?
● Sesgo de disponibilidad: en el que alguien cree que porque un vecino ganó dinero apostando, sus posibilidades de ganar mejoran.
● Sesgo de Ilusión de control: en el que el jugador cree que puede influir en los resultados.
● Sesgo de refuerzo intermitente: por el que una pequeña ganancia ocasional puede motivar a seguir jugando incluso cuando se acumulan pérdidas.
¿Qué pasa si los sesgos escalan? Puede venir lo que preocupa a muchos, los problemas con el juego.
La regulación como ayuda al jugador
Sin embargo, la DGOJ ha sido eficiente como ente regulador. El Estado se ha encargado de legislar y modificar las restricciones previendo poder proteger de estos riesgos a los jugadores jóvenes y a todos en general, con medidas como la prohibición de bonos de bienvenida y muchas más.
Y aunque nada es perfecto y queda mucho por hacer, el trabajo realmente ha funcionado. Los números que desglosamos del informe de la DGOJ nos indican en cosas como el tiempo medio de juego o los gastos, que no son los de una sociedad que tenga problemas.
Estadísticas que alivian
Por ejemplo, el gasto neto de casi 300 euros anuales de jugadores de 18 a 25 años, no debe estar muy lejos de lo que esos jóvenes gastan en cualquier otro pasatiempo y actividad de entretenimiento.
De hecho, según informes del Estudio “Juegos y Sociedad”, la tasa de juego problemático en España se ha mantenido estable todos estos años en alrededor de un 0,3% para la población de 18 a 75 años.
Según el mismo estudio, España es el país con la segunda tasa de juego problemático más baja de todos los países que revelan datos oficiales, ubicándose solo por detrás de Noruega. Lo que una vez más reafirma que no hay un problema de juego en España.
Conclusión
Ya sea por la DGOJ o por otros factores, el jugador moderno español en su mayoría es joven, pero se informa más que antes, entendió que la apuesta es entretenimiento y no un medio para ganarse la vida, gasta poco… En concreto, es un jugador de mente sana que tiene mucha conciencia y responsabilidad.