¿En qué punto se encuentra el sector de la construcción tras la crisis sanitaria global?

La subida de precios en el ámbito del consumo ha perjudicado a una gran variedad de segmentos de actividad, posicionándose el de la construcción como uno de los más afectados, algo que se ha visto especialmente notorio dentro de los sectores con mayor nivel adquisitivo, como por ejemplo las reformas integrales en Boadilla del Monte.

Pero, ¿en qué situación se encuentra el contexto económico? ¿De qué forma han evolucionado los indicadores clave desde que se manifestasen factores de influencia clave como la crisis sanitaria global por covid19 y el posterior clima de inestabilidad geopolítica propiciado por la guerra de Ucrania.

A continuación, analizamos la forma en que han evolucionado los procesos inflacionistas, el índice de Precios de Consumo y revisamos cuáles han sido los agentes de cambio más condicionantes del segmento de la construcción como las redes de distribución o los precios y disponibilidad de materiales de trabajo esenciales. ¡Toma nota!

¿Cómo ha evolucionado el IPC?

Según los últimos datos divulgados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el índice de Precios de Consumo (IPC) se ha visto incrementado en tres décimas durante el pasado mes de octubre en comparación con el mes anterior. Además, se ha producido una leve reducción en su tasa interanual de hasta el 7,3% ubicándose en su cifra más baja desde el mes de enero, momento en que se declaró la guerra de Ucrania.

De acuerdo con la información emitida desde el INE, esta moderación del crecimiento interanual durante el mes de octubre responde al descenso de precios en el segmento de la electricidad y, en menor grado, en el del gas. Por otro lado, también ha influido poderosamente la desaceleración de la inflación en el sector textil, cuyo ritmo de crecimiento ha sido inferior en comparación a octubre de 2021.

Sector de la construcción: Situación actual

No obstante, esta tendencia no ha sido homogénea ni, tampoco, aplicable a todos los sectores. De hecho, la industria de la alimentación ha visto su crecimiento acentuado hasta sobrepasar el 15,4%, una cuota que representa su punto álgido desde el inicio de la serie en enero de 1994. En general y en términos mensuales, el IPC ha anotado un repunte de tres décimas.

Sin embargo, uno de los sectores de actividad que se ha visto más resentido por este contexto de inestabilidad ha sido el de la construcción. En la actualidad está lejos de volver a alcanzar los niveles de actividad registrados durante el período prepandemia y, por supuesto, mucho más del que se alcanzó antes de la Gran Crisis Financiera de 2008.

Las continuas oscilaciones que han registrado los precios de las materias primas, en primer lugar como consecuencia de la pandemia y los consiguientes cuellos de botella generados en el ámbito de la distribución y la escasez de suministros se ha sumado, en segundo lugar a las consecuencias derivadas de la guerra de Ucrania, especialmente aquellas que respectan al encarecimiento de los materiales. Este escenario ha llevado a que muchas empresas del segmento se vean obligadas a paralizar su actividad o ralentizar sus ritmos de inversión en nuevos proyectos.

Afortunadamente, a lo largo del segundo trimestre de 2022 se ha manifestado una cierta inversión del proceso inflacionista en el ámbito de los suministros lo cual ha reflejado un descenso en los precios de los materiales esenciales que se utilizan en la construcción de edificaciones. Entre ellos, el acero, el aluminio o el cobre que, durante la época álgida de la pandemia, llegaron a triplicar sus precios de venta. En la actualidad, después de máximos históricos, se han visto sometidos a un gradual proceso de estabilización.

Además de todas las restricciones que se han manifestado en el ámbito del suministro y provisión de materiales, se le suma la escasez de mano de obra, un fenómeno que prevalece desde la Gran Crisis Financiera generada en 2008. Si nos atenemos al último informe elaborado por el Banco de España sobre los flujos migratorios en la oferta laboral, podemos constatar que el efecto de la pandemia fue incuestionable generando un “saldo migratorio prácticamente nulo”. Además, el abandono de trabajadores extranjeros de España también ha generado un ambiente de incertidumbre con un incremento que sobrepasó el paso año el 83% si bien durante el primer trimestre de 2022 comenzó a revertirse ligeramente dicha pauta. En definitiva, la mano de obra disponible en el segmento de la construcción también ha pasado a escasear.

Hoy nos encontramos con una oferta de empleados nacionales equilibrada y más próxima a la tendencia precrisis, no ha ocurrido de igual modo con la presencia de trabajadores extranjeros. De acuerdo a la última Encuesta de Población Activa, el sector de la construcción constituye una fuente de trabajo a más de 1,3 millones de personas pero, a pesar de todo, podría existir una demanda no satisfecha de más de 700.000 trabajadores para colmar plenamente las necesidades de producción.