El Ordenanza

Entonces y ahora

El Ordenanza. Capítulo 213

Escena 1

  • Pues a mí no me parece tan buena como la repercusión que va a tener.
  • ¡Es una maravilla de la Ciencia, tío!
  • Pues igual ese es el problema, que es una canción, no un isótopo.
  • … Cuando te cierras en banda, no hay quien te aguante, alcalde.
  • A ver, que yo me entere: ¿Qué necesidad tiene Sir Paul McCartney de resucitar de nuevo a los Fab Four?
  • No sé, pregúntale a él. Está ahí, sentado en esa mesa, haciendo como que lee el Daily Mirror.
  • ¡Oh! Excuse me. Are you Sir Paul McCartney?
  • Yes, I am.
  • Buenos días, señor McCarntney. ¿Nos puede explicar qué necesidad tiene usted de resucitar de nuevo a los Beatles, please?
  • Obviously, you can't understand it, Mr. Mayor. No one but Ringo and I can know what it meant to be a Beatle.
  • Sir Paul, could you respond in Spanish, even with a marked Albacete accent, please?
  • Of course… digo… ¡Claro, hombre!
  • Gracias.
  • ¡Las tuyas, bonico! Verás, a mi edad, no me queda otra cosa en la vida más que tocar mi viola bass sentadico en la mesa-camilla, rascarme las costras de las rodillas o recordar los tiempos en los que las zagalas se daban de leches por subirme la bastilla de los pantalones. Me aburro como una piedra. Así que llamé a Ringo y le dije: «Ringo, ¿te acuerdas de la canción esa que nos quedó por grabar en el 96?» «¿Cuál?» «Esa que John tocaba al piano y parecía que cantaba con la nariz debajo del sobaco, Ringo». «¿La que, probablemente compuso, junto a Free as a bird y Real love para su posible octavo álbum en solitario y nos apropiamos by the face gracias a que a la Yokonolennon se le escapó que tenía una cassette ante-mortem de John con carne fresca y vimos la oportunidad de re-forrarnos sacando dos nuevos discos recopilatorios, a huevo y medio la pieza, en dos años consecutivos?» «¡La misma!» «Pues sí, fue una pena que no le pudiéramos sacar más rendimiento económico, la verdad» (es que Ringo, con los años, se ha vuelto el más pesetero de los four, ¿sabes?). «Pues ha llegado el momento: ¡llama a Yoko Ono Lennon, que se me ha ocurrido una idea fantabulosa, Ringo Starr!» «¿Fantabulosa, Sir Paul McCartney?» «¿Qué pasa, que tú puedes decir “mockers” y yo no puedo decir lo que me salga de la gatera?» «Tranqui, Paul. En seguidica llamo a la Yoko Ono… ¡o no!» «Hay que ver qué kick in the balls tienes, Ringo, querid». «¡No te enfades, Paul, que sabes que siempre tengo la chispa a punto!».
  • ¿Podría pedirle que fuese un poco más conciso, Sir Paul? Es que se nos acaba el tiempo del almuerzo y no me quiero quedar a medias.
  • Of course, Mr. …
  • López, don Paul. Andrés López para servirle a Dios y a usté.
  • ¡Madre mía! ¡Qué gañán es!
  • ¿A que te meto un anacardo, Juanjito?
  • ¿Tú y qué ejército, Andrés?
  • ¡Yo solico me basto y me sobro!
  • ¡Chicos, chicos! ¡No seáis tarugos! Prosiga, Sir Paul, por favor.
  • ¿Por dónde iba?
  • Cuando Ringo iba a llamar a Yoko Ono…
  • ¡Ah! Pues eso, que llamamos a Yoko y le pedimos que viniese a casa, para ir a ver Peter Jackson, que se nos había ocurrido una idea para la canción.
  • ¿Peter Jackson? ¿El insigne director de Bad taste?
  • Eeeeeeee… I don’t be sure of…
  • ¡Sí, hombre! ¡Que luego hizo las películas esas que ponen en Antena 3 para echarse la siesta en Navidad… ¿Cómo se llamaban?
  • El Señor de los Anillos.
  • ¡Eso! ¡El Señor de los Anillos!
  • ¡Menudos tostonazos!
  • ¡Oh, yes! ¡The Lord of the Rings!
  • ¡Pues eso! ¡Peter Jackson!
  • ¿Qué tiene que ver Peter Jackson con Then and Now?
  • Que su equipo ha desarrollado una tecnología capaz de aislar la voz de John del piano. Y así lo hicimos. Le dije: «¡Hey, Peter! What's up, artist? ¿Qué marcha me llevas?» Y él: «¡Óspera cana, Paul! ¡Qué lustroso te veo!» Y ya, nos metimos de lleno en el asunto. A mí, que disfruto como un zagal con las pijaícas de los estudios de grabación, se me quedó el culo torcío con la tecnología que usaron. A Yoko, creo que se le atragantó, porque no paraba de preguntar «¿Falta mucho?» «Aguanta una miaja, Yoko Onor, que ahora mismico está». Cuando se pone, es mu estomagante la Yoko Ono, sí. Y, tras tocar unos botones y no sé qué más, nos dice Peter: «¡Ea! Ahora a esperar un ratico». Y la otra: «¡Qué ordenao lo tiés to, Peter! Si vinieras al edificio Dakota… ¡Madre mía! ¡Lo tengo hecho una topera!». Ringo sonreía y yo comenzaba a tener ganas de soltarle un tabanazo, pero me retuve. La violencia está mal, amigos. Give peace a chance. Así es que, cuando Peter nos puso el corte de voz de John… ¡Guaaaaaaaau! Su voz era cristalina, como si estuviese de nuevo entre nosotros. Con to y con eso, todavía nos quedaba mucha faena: subimos el tempo, grabé el bajo y Ringo la batería. Hubiera sido raruno que los hubiésemos hecho al revés. Metí una guitarra con slide (tubico) al estilo de George y Giles, el hijo de George Martin, metió unos arreglos de cuerda muy escarabajianos. Luego resobamos unos coros de Because y, ¡hale! ¡Cancionaca de los Beatles! Ha sido muy emotivo poder a volver a trabajar con John y George. Fue como si estuviéramos ahí los cuatro de nuevo.
  • Pero no estaban ahí los cuatro, Sir Paul.
  • Pero era como si lo estuviéramos, Mr. Mayor.
  • Pues para usted la perra gorda. A mí me parece que es un bonito broche final. Totalmente prescindible, pero yo no soy quién para decidir por ustedes, los Beatles vivos. Creo que John dejó el grupo porque estaba hasta la ojetera de ustedes.
  • Tal vez influido por Yoko…
  • Influido o no, estaba harto. Retomar la canción tendría sentido si la cinta fuese del ‘68, pero es diez años posterior. Cuando ya no había Beatles. La voz de John es la de un hombre de 39 años. La suya, Sir Paul, la de un anciano octogenario, cansada y sin brillo. Da igual que hayan usado IA o no: es una canción de John, no de los Beatles. Editarla es el último capricho de dos multimillonarios.
  • ¿Entonces hemos de dejar morir a los Beatles, Mr. Mayor?
  • Ustedes mismos se suicidaron con Let it be, Sir Paul.
  • Pero, es muchismo mejor que la música actual…
  • ¿Qué música actual? ¿El reggaetón que la industria fuerza a oír a nuestros adolescentes o las bandas tributo que la industria fuerza a oír al resto? La música original agoniza, Sir Paul. Las estrechas miras de los que guían el cotarro la está matando. En el teatro de nuestra ciudad, todos los años se representa algún musical de Queen o de Michael Jackson, pero rara vez se permite a los músicos creadores locales actuar sobre sus tablas. Entonces y ahora, el dinero manda.
  • Buenos días a todos. Buenos días, señorita Vero. ¿Me pone usted un café cortito, por favor?
  • ¡Marchando, Avelino!
  • Buenos días, Avelino.
  • Buenos días, Sir Paul.
  • ¿Ustedes se conocen?
  • ¿Y quién no conoce a Avelino, Mr. Mayor?

(Votos: 5 Promedio: 5)

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