Siempre se ha dicho que los perros y los gatos son enemigos encarnizados, pero doy fe de que hay personas que conviven con ambas especies a un tiempo de forma muy armoniosa. También se suele decir que preferir a unos o a otros como animal de compañía define nuestra personalidad, pero hoy no les voy a obligar a ustedes a elegir. Porque para qué hacerlo, cuando podemos encontrar en el mercado editorial tres estupendos cómics protagonizados por estos animales que merecen muy mucho la pena todos ellos.
Aunque, tal y como su título sugiere, el protagonismo de Catbeth recae en un gato, también veremos perros (y serpientes, tortugas y otros ejemplos diversos del reino animal) pasearse por las páginas de esta adaptación muy sui generis de Macbeth, la inmortal obra de William Shakespeare que ha dado pie en el mundo de la historieta y la ilustración -y también en el del cine- a las más variadas reinterpretaciones: recuérdense casos como la novela gráfica de Josep Maria Polls y Jordi Sempere o la versión ilustrada por Raúl Arias respectivamente. A esta nómina de versiones se suma ahora el presente título escrito y dibujado por Javi Alfonso, con un Macbeth gatuno que pese a su condición antropomórfica se nos antoja más cercano a Garfield que a John Blacksad. El mayor mérito de esta obra que enfrenta a perros y gatos como Art Spiegelman enfrentó a gatos nazis y a ratones judíos en la indispensable Maus, y al margen de su estupendo acabado gráfico, es que logra mantener el espíritu trágico de la obra original, perfectamente reconocible a pesar de las libertades tomadas y los recortes asumidos; a la vez que resulta rabiosamente divertida gracias a la expresividad de los personajes, el ingenio de los diálogos y algunos gags visuales basados en la naturaleza salvaje de los animales protagonistas. El resultado me ha parecido una gratísima sorpresa, así como una lectura muy recomendable para cualquier lector con sentido del humor, conozca o no el texto shakespeariano del que parte.
Si el rol de los canes es más secundario en Catbeth, su protagonismo es absoluto en los dos títulos que siguen. Y el título del primero de ellos no deja lugar a dudas: El chico y el perro es un manga de Seishu Hase y el aclamado ilustrador Takashi Murakami en el que los autores optan por una estructura episódica que a los conocedores de los clásicos literarios remitirá al Lazarillo de Tormes y a los más cinéfilos les recordará al cine de Max Ophüls: si en el texto fundamental de la picaresca española acompañábamos a su joven protagonista al servicio de diversos amos, en La ronda éramos testigos de las desventuras amorosas de varios personajes sucesivos y en Madame de... seguíamos a los diferentes propietarios de unos pendientes, aquí veremos las desventuras del perro protagonista junto a una serie de dueños y compañeros consecutivos. Ambientada en un tiempo ligeramente posterior al tsunami de 2011 y sus dramáticas consecuencias, la obra arranca cuando un hombre que cuida de su madre, quien sufre demencia, se topa con un pastor alemán callejero que se convertirá en un compañero inseparable... hasta que un desenlace dramático los separe irremediablemente; después, el animal pasará de un dueño a otro hasta llegar al joven con quien comparte el título de la obra, en una sucesión de vicisitudes que sirve a los autores como coartada para construir un retrato del Japón contemporáneo tan emotivo como épico.
Y si El chico y el perro ha sido un descubrimiento inesperado, Viajando con Titi es una confirmación doble: por un lado, la del carisma de su protagonista de cuatro patas, al que ya conocimos en los anteriores Paseando a Titi y Viviendo con Titi; por otro, del talento de la autora Gema Over, que con el presente título cierra una trilogía que la ha situado como uno de los nombres más prometedores del ámbito de la autoedición y el fanzine actuales. Esto último queda muy patente en el relato autobiográfico de este tercer y último capítulo, pues el lector comprobará que su protagonista humana se ve inmersa en una serie de viajes con el objetivo de presentar su obra en diversos salones del cómic y librerías especializadas... siempre en compañía de su perro Titán, Titi para amigos y lectores. Aunque en esta ocasión, la autora deja un mayor espacio a sus vivencias y sentimientos relacionados con su vida sentimental, incluyendo una escena de corte más dramático y con una solución narrativa de lo más apropiada que encamina la historia a un final que no carece de cierta poesía. En resumidas cuentas: un digno colofón a una trilogía de fanzines muy recomendables. Incluso para aquellos que sean más de gatos.
Catbeth y El chico y el perro están editados por Aleta y Distrito Manga respectivamente; Viajando con Titi es obra autopublicada.