Escaños vacíos
No deberíamos olvidar que algunas conquistas y éxitos del pasado que hoy celebramos tuvieron costes de sangre, violencias y arbitrariedades
Traída por el llorado David Gistau en su columna Barra brava en el Congreso, en la titulada "La casa deshabitada" (EL MUNDO, 30.10.2008), cita de cita, recuerda que en su biografía de Fouché, Stefan Zweig cuenta que cada escaño vacío del lado girondino en la Convención equivalía, durante el Terror, a un guillotinado.
Cuando estudiamos hechos históricos apreciamos aquellos que sin duda han supuesto avances para la humanidad. Así la Revolución Francesa que nos trajo Liberté, égalité et fraternité pero...
Pero no deberíamos olvidar que en muchas ocasiones las conquistas y éxitos del pasado que hoy celebramos y disfrutamos tuvieron costes de sangre, violencias y arbitrariedades. Y esos costes también son nuestros. Van en la misma herencia. Daños colaterales que dicen. Que daños son.
El Terror, cuando Maximilien Robespierre picado de viruela, fue Terror. Con mayúscula. Como el que provoca cualquier Totalitarismo. También con mayúscula.