Ese tipo de manifestaciones…
El señor José Joaquín Valiente me parece una persona legítimamente partidista, pues defiende a su grupo municipal, pero también inteligente. Es por eso que, siendo avispado, me descoloca cuando afirma con tanta vaguedad que el PP no apoya ese tipo de manifestaciones, refiriéndose a la realizada por el colectivo de Enseñanza de los Centros Educativos de Villena. Dijo el concejal que las protestas son legales, que están amparadas por la Constitución y que todo el mundo tiene derecho a quejarse. Sin embargo no termino de entender esa indeterminación al vetar ese tipo de manifestación
No.
Al expresarse así distingue que unas las puede aceptar su partido y otras serán rechazadas. Faltaría más. Lo cual me induce a pensar si todas las manifestaciones, convocatorias, concentraciones, marchas e incluso sentadas no están generadas por un motivo que, aunque distinto, coincidan ellas en un denominador común: la indignación ante algo, circunstancia, situación o ley que afecte a un colectivo concreto. Al aludir que esta manifestación no deja entrever que es benevolente con otras, a las que bendecirá con el sí, y hasta este punto no altera ni la norma, ni la libre elección de adherirse o repudiar cualquier evento convocado.
Pero volviendo a reiterar la lucidez del edil, no acabo de entender cómo no apoya a una manifestación que se rebela e indigna ante los recortes en el Sistema Educativo. Porque en estas protestas están en juego principios básicos para una Enseñanza de Calidad, como la ampliación de alumnos por aula, que no siendo una dificultad insalvable merma y mucho el servicio. No es lo mismo tener a 25 niños en Infantil que a 30; ni tampoco incrementar en la ESO de 30 a 35; como pasar de 35 a 40 en Bachillerato o consentir una masificación en las Universidades. Habría que estar ciego para admitir, sin rechistar, que la suma no altera la calidad.
Pero además la consecuencia directa es la eliminación de una multitud de interinos, cuyos empleos, cotizaciones y prestaciones al Sistema Educativo se van literalmente a la mierda, aumentando el paro y rehusando al consumo. Esto significa que menos personal, con reducción de salario y aumento de horas lectivas, debe atender con disposición exquisita a más alumnos y sin aludir al caos que supone el incremento de educandos en centros concertados, por ese sutil concepto de libre elección, que abocará a la supresión de aulas en los públicos, para más inri. Si todavía los argumentos expuestos no les satisfacen, sigan leyendo.
Con los aludidos recortes el futuro de los comedores escolares es cuestionado y ya hay niños que su única comida decente al día queda definitivamente eliminada, mientras Cáritas ve disminuidos sus recursos; las anunciadas tasas universitarias se antojan prohibitivas para la mayoría; los universitarios mejor formados sin expectativas para un primer empleo y los estudiantes son presa del desánimo ante un esperpéntico panorama que provoca el abandono de sus estudios; y nuestra Escuela Oficial de Idiomas, como local ejemplo, desamparada y olvidada por la insensata tijera.
Consecuencias colaterales de los recortes, es verdad. Pero qué vergüenza que ocurran estas cosas. Deben pensar los adictos al Gobierno que estas quejas, estas demostraciones de disgusto, son cosa de cuatro pringaos, que se enfadan por nada, que lo único que desean es expresar animadversión a los que quieren arreglar el país, que están trasnochados o que son insolidarios con otros estamentos sociales, que son egoístas y reivindican sólo sus privilegios. Ese es el mensaje desde el poder: profesores y maestros quieren más sueldo y más vacaciones. Y la canalla cuña se propaga.
Lo que está en juego no son los sueldos de los profesionales. Peligra un sistema Público de Enseñanza de calidad y universal. Si Valiente es inteligente que reflexione y si niega la evidencia es esclavo de consignas.