Eso de la Juventud
No sabría muy bien decir de dónde vino, pero hace unos días apareció en mi muro de facebook la noticia de la inauguración del SAX_ON. Un programa de ocio nocturno que realiza el Ayuntamiento de Sax con una completa oferta de ocio saludable dirigida a chicos y chicas mayores de trece años. Y aunque tarde, porque la inauguración tuvo lugar el pasado 3 de junio, todavía sería oportuno dar a conocer la iniciativa puesto que las actividades se desarrollarán a lo largo de todo el mes. Y aunque a tiempo, tengo que reconocer que el objeto de traer a colación el SAX_ON no es tanto por darlo a conocer como por poner en duda la labor de nuestra ciudad en materia de Juventud.
Basta leer que la publicidad del programa de ocio nocturno sajeño busca complementar la oferta semanal de actividades que se realiza en la Sala Joven de Sax, para cerrar la boca de villeneros y villeneras. Porque aún a riesgo de enturbiar el buen nombre del Centro Juvenil Don Bosco de Villena que no tengo la menor intención, más bien al contrario tendremos que reconocer que nuestra ciudad no ofrece la más mínima actividad periódica a nuestra juventud. De hecho llego a sentirme avergonzado de nuestra ciudad cuando a raíz de cualquier publicación en la versión digital de nuestro periódico encuentro que cualquier noticia o artículo de opinión relacionado con las actividades del Centro Don Bosco no sólo triplican el número de entradas habituales, sino que además recibe una abrumadora cantidad de valoraciones positivas y de comentarios animosos en sus foros. Pero entonces, ¿por qué siento vergüenza? Porque entiendo que todo ese apoyo y entusiasmo en realidad es la manifestación de una carencia que se deja caer sobre la estructura y el trabajo de una asociación en lugar de convertirse en una demanda social dirigida a nuestro Ayuntamiento. Porque comprendo que se aplauda el merecido valor de una asociación que trabaja con la juventud, pero entiendo que una ciudad no se puede dejar caer a peso sobre una asociación pretendiendo que se haga cargo de sus carencias.
Una ciudad que considera necesaria una Concejalía de Juventud igual que unas concejalías de deportes, cultura o educación debe ser consecuente con su decisión. No puede permitirse sostener económicamente una concejalía a la que sólo otorga un valor testimonial, a la que niega su implicación directa y/o transversal en muchos de los problemas que plantea la convivencia diaria. No podemos permitirnos una Concejalía de Juventud que no dejamos intervenir, o dejamos en segundo plano, cuando tratamos los problemas de la juventud. ¿Para qué queremos una Concejalía de Juventud sin fuerza para trabajar codo a codo con Bienestar Social, con las Bibliotecas, con la Casa de Cultura, el Teatro Chapí, ni siquiera con la Universidad de Verano?
De hecho, respecto a la influencia de la Concejalía de Juventud en nuestra ciudad, uno de mis mayores enfados tuvo lugar con la decisión del Tripartito al delegar en el Juvenil Don Bosco el trabajo con nuestros/as jóvenes. Y ya dije que en primer lugar mi enfado tenía que ver con la más que probable saturación de la asociación por el exceso de demanda que con cualquier otra cosa. Porque una asociación se perfila de acuerdo a una estructura, unas infraestructuras y una determinada cantidad de destinatarios/as. Además hay que tener en cuenta que el voluntariado es la mayor fuerza de estas organizaciones.
De modo que tanto pretender profesionalizar ese voluntariado como pretender que se sobreesfuerce en aras de un beneficio económico de su asociación o de un beneficio social de su ciudad, es rematadamente injusto. En segundo lugar rechacé y rechazo la idea de que una organización como el Centro Juvenil tome el lugar que debe ocupar nuestra Concejalía de Juventud, porque una asociación es libre de trabajar de acuerdo a unos valores propios, y me pareció y parece inoportuno tanto imponer tales valores a toda una ciudad como el tratar de relajar los valores de la asociación que asuma la responsabilidad del área.
Expongo una vez más, cinco o seis años después, estas razones porque creo que son oportunas en prevención de las pretensiones del actual Ayuntamiento respecto a la futura Zona Zero Junior, planificada junto a la Piscina Cubierta Municipal. Y las expongo, estas razones, en comparación con la iniciativa de la Concejalía de Juventud e Infancia del Ayuntamiento de Sax. Una localidad que no contabiliza ni la mitad de habitantes que Villena y que demuestra sin embargo que sí se puede intervenir en el terreno de la juventud. Una localidad que incluso con la denominación de su concejalía pone en evidencia la nuestra. La nuestra. Que para hacer justicia debería llamarse Concejalía de Infancia, o incluso Concejalía de Infancia en Período Vacacional.
Para rematar, ya sin irme tan lejos como cuando minusvaloré Villena con respecto a Alcoi o a Elx, continuaré con el Rock@sax. Un certamen en el que pueden participar grupos y artistas de música rock en todas sus modalidades y donde se entregan premios de mil, quinientos y doscientos cincuenta euros, con el compromiso de una actuación en directo en la que el ayuntamiento cubre desplazamientos, alojamiento y dietas. Un certamen que da la oportunidad a los grupos musicales para esforzarse y conseguir un apoyo económico para seguir creciendo. Nada que ver con las alternativas que nuestro actual ayuntamiento ha propiciado para los grupos locales: unos sin apoyo y otros como los que actuaron en la Plaza portátil todavía sin cobrar.
Parece como si en algunas poblaciones se premiara la iniciativa y el talento y en otras, como la nuestra en aquella última ocasión conocida, sólo se buscara cubrir el expediente (con el agravante de buscar que el público joven pagara el recinto para matar los toros y tratándolos como delincuentes al someterlos a una exhaustiva redada).