Les regalo una imagen de la que quiero deshacerme: una ambulancia detenida frente a la barrera del tren, las sirenas están encendidas y su destino cercano. Una imagen que trae al cuerpo sentimientos diversos: rabia, vergüenza, dolor, desesperación
Pero olvídenla, es como hablar del Guadiana, ahora aparecerá, ahora desaparecerá, y que continuará irremisiblemente atormentándonos por siempre.
El sentimiento que nos procura la imagen es miles de veces peor que la de ver al popular Izaguirre como finalista del premio Planeta (que vaya premio, qué cuantía, qué polémicas, qué vergüenza en muchos casos, qué suerte que nuestra ciudad contara hace dos años con uno de los finalistas). Por el contrario habría que alegrarse de que el primer premio recayese en el ciego Tiresias, seudónimo tras el que se escondía el escritor valenciano Juan José Millás. Por otro lado no sé si tendríamos que alegrarnos o entristecernos al conocer la noticia del nuevo derrumbamiento en la Plaza de Toros, entre otras cosas porque no sabemos si nos saldrá más económico levantar una nueva plaza con las condiciones que la vida moderna exige, o continuar con la idea de reconstruir, que es hacer nueva pero con condiciones e impedimentos, la que ahora disfrutamos (léase con la sorna que corresponde). Tampoco sabemos si alegrarnos o no por tantas cosas que quedan suspendidas como la espada de Damocles sobre nuestra ciudad, que ni siquiera una mirada atenta a los ojos de nuestra alcaldesa y/o a los de sus ediles puede atisbar el más mínimo resquicio de resolución. Será que me hago viejo, y quejicoso.
Les regalo otra imagen. Esta no es mejor que la anterior, pero tampoco es tan trágica. Tampoco es una imagen real, sino más bien una imagen traída desde una sensación hasta los ojos del cerebro. Tampoco es una imagen figurativa, por lo que entenderán hasta qué punto resulta difícil su descripción. Les contaré mejor qué me trae tal dibujo al cerebro: probablemente quienes hayan escuchado a lo largo de las últimas semanas alguno de los programas que nos ofrece la veterana emisora Radio 3 esa institución pública que demuestra como pocas en qué consiste la inversión pública y qué se espera de ella se habrá encontrado con el anuncio de la emisión de muchos de sus programas desde Alicante en la segunda edición de Destaca3, semana cultural organizada por la famosa caja de ahorros que tanto gusta de aparecer. El resto probablemente ni siquiera se habrá enterado. Y es raro, con lo que le gusta a la mediterránea caja demostrarnos cuántas cosas hace por todos y todas. El caso es que Alicante, así a lo bruto, como continuadora de su hermana mayor, Valencia, parece reproducir el mismo trato que recibe de ésta con las hermanas que le preceden, Villena entre ellas. Alicante nos ignora, nada nuevo. De ahí la segunda imagen. Imagino que bastante tienen con su fantástica Universidad y su Ciudad de la Luz.
Con todo, en beneficio de nuestra gente cercana, diremos que pese a perder la oportunidad de presenciar en directo programas como El 7º Vicio y alguna que otra actividad como el concierto de Luis Pastor, todavía estamos a tiempo hoy viernes de asistir a los programas en directo de El mundo feliz y La Ciudad Invisible, que además cuenta con la presencia del genial Mauro Entrialgo. Como colofón, nos ofrecen un concierto con las actuaciones de Najwa Nimri y Carlos Jean, Sara Da Pin Up y Marlango a las nueve y media de la noche en el Aula Cultural de la Avda. Doctor Gadea. Una pena que coincida con el estreno de Zarangollo, evento de presencia inexcusable, que una noche bien vale 20 años.
