Falfasent
No es una palabra de mi invención, que mi imaginación no llega a tanto. Esta extraña palabra la pronunciaba una amiga mía cada vez que sus ojos se cruzaban con una película de Walt Disney.
Recuerdo que cuando nuestros hijos eran pequeños y nos veíamos en el video club del jardín de los Salesianos, cada vez que me veía coger Pocahontas, La Sirenita o Bambi me soltaba el palabrejo: Falfasent, advirtiéndome que de tanto mirar las películas de Walt Disney mis hijos acabarían teniendo una visión deformada de la realidad, que llegarían a pensar que las tazas hablan, que los calendarios bailan claqué o que realmente si te encuentras una lámpara vieja y la frotas de ella te saldrá un genio.
¿Y qué significa realmente Falfasent? Pues la palabra, según me explicó mi amiga, es un acróstico que responde a las dos letras iniciales de Falso, Fácil y Sentimental. Y miren, dándole un repaso al DVD que el Partido Popular ha repartido y proyectado durante la campaña electoral me ha venido a la cabeza esta palabra, que el paso de los años no ha logrado borrar. Y no lo he dicho antes de la campaña para no darles el gusto a todos los foristas que adornan mis columnas. Y lo digo ahora que parece ser que ha sido un DVD y no un partido el que ha ganado las elecciones. Espero equivocarme y que la confianza que le han dado en Villena al PP no quede en poco más que una película de Walt Disney. Pero si la tienen a mano mírenla otra vez y compárenla con una película de animaciones. Es falsa sin lugar a dudas porque dice que la plaza es un monumento, cosa que no es cierta. Es fácil porque dice que se va a hacer, pero no dice ni cómo, ni cuándo, ni cuánto nos va a costar. Sí que es cierto que después vino el genio de la lámpara a pedir permiso para pagar la plaza de toros. Pero el genio Camps tampoco es muy de fiar: de todos los deseos que le venimos pidiendo nos ha concedido uno o ninguno, luego tenemos más posibilidades de sacarle brillo a la lámpara con el algodón mágico hasta vernos las arrugas que el genio de la lámpara de Valencia cumpla con nuestros deseos.
Pero lo sentimental es lo que más me ha impresionado de la película de la plaza de toros. Llegó un momento en que no sabía si estaba viendo un capítulo de Amor en tiempos revueltos, un NO-DO o qué sé yo. Está claro que si seguimos haciendo películas de éstas, que nos tocan la fibra de tal manera, podemos acabar creyendo que en vez de una plaza de toros lo que tenemos en Villena es la Alhambra de Granada. Y claro, a ver quién es la guapa a la que se le ocurre tocar una piedra de la Alhambra.
En fin, seguramente lo mejor que tienen las elecciones es que una vez pasan acabamos olvidando rápidamente las promesas electorales, porque vaya agonía si de nuestra vida depende que aparezca el genio de la lámpara a concedernos tres deseos. Yo cada vez que friego las ollas con el estropajo también sueño que de un momento a otro va a venir el genio, pero como mucho sé que aparecerá Mister Propper a darme ánimos para seguir restregando.