De recuerdos y lunas

Fauna humana

No está mal que el arte –aquí la pintura– nos haga pensar. Y pensar nos hacen los cuadros de Vicente Esparza. Nos lo advierte con entusiasmo el concejal Francisco Abellán Candela en la presentación del catálogo de la exposición "Fauna humana" que es en la Casa de la Cultura desde el 16 de abril hasta el 9 de mayo. "Les puedo asegurar que no dejará impasible e indiferente a nadie" —afirma Paco Abellán.

Homenaje al hombre o denuncia contra el hombre, "Fauna humana" son cuadros algunos espectacularmente corales donde vemos perros con cuerpo humano o humanos con cabeza de perro. A saber. Aquí el intríngulis. Seres, porque aparecen como seres reales, integrados como escena común. Como si la mezcla, la convivencia, fuera realidad cotidiana. Y desde esa integración común, si somos más fauna que humanidad o si de nuestro ser es más la humanidad que la animalidad, es lo que nos desazona viendo la exposición. Esto es –animalización de los humanos o humanización de los animales– lo que llama también la atención del profesor Prieto de Paula que de nuevo nos deleita en el catálogo con su prosa precisa rindiéndose finalmente a la incomprensión: "perros humanizados o humanos convertidos en canes, nos dicen algo que nuestro entendimiento no es capaz de desvelar." Incomprensión que no debe atosigarnos para poder disfrutar de lo nuevo de la pintura de Esparza que percibe bien, porque la conoce bien y en el tiempo, Prieto de Paula: "(...) el pulso de las pinceladas con que se fija en el lienzo es más libre, los contornos menos acabados, los fondos más rotos y desestructurados, la armonía de la paleta menos uniforme, las líneas más sueltas, los colores más atrevidos." Así es. Así la hemos visto también nosotros. De Picasso aprendimos –aun doliéndonos algunos cambios y añorando algunas épocas– que el artista es sol de múltiples rayos o no es artista.

Sobre la misma dicotomía, animales humanizados o humanos animalizados, todos integrados como cosa común, versan las ilustradas palabras de Violeta Esparza en el catálogo, cuyo texto sobre el cinocéfalo errante dan a las imágenes fundamento de tradición histórica en el transcurrir del arte. Véase Egipto por ejemplo. Al tiempo, Violeta llama también nuestra atención hacia ese paisaje de la nada, acaso urbana, que no es paisaje. Entonces intriga.

La definición básica de "hombre" apunta como rasgo la racionalidad: "Ser animado racional, varón o mujer" —dice la RAE. Pero en lo humano están también fundamentales los valores humanistas –como el de la fidelidad– que algunos perros tienen más que algunos hombres. Nos lo señalaba con gran convencimiento y al contraste de gatos Vicente Prats Esquembre, con el que coincidimos en la inauguración de la exposición prendado de uno de los primeros cuadros que se ve entrando a la derecha. Fidelidad pero... —También hay perros con muy malas pulgas, más agresivos que los hombres —yo le digo. Igual que hay humanos y humanos hay perros y perros. En un artículo sobre Albert Goering, el hermano de Hermann Goering, lugarteniente de Hitler ("La aventura de la Historia", abril 2010), se escribe de éste último que encandilado por el dictador tuvo una "obediencia perruna al Führer". Obediencia perruna, fidelidad por un lado. Dentelladas caninas contra los hombres por otro. Si Goethe escribió que "lo que hay dentro, eso hay fuera", Esparza desvela fuera lo que tenemos dentro, lo que nosotros no vemos bien con nuestros ojos normales porque no somos pintores. Pero los pintores, con sus ojos de pintores, siempre nos han traído las cosas que para nuestros ojos vulgares pasan desapercibidas.

Una exposición recomendable. —¡Guau! —quiero decir... —¡Por supuesto!

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