Sucesos

Fernando Calvo y José Luis Valero, absueltos por la Audiencia Provincial de Alicante

El tribunal condena a un implicado a 9 años de cárcel y absuelve a las otras siete personas procesadas por el hallazgo de 402 kilos de cocaína en Villena

Fernando Calvo y José Luis Valero han sido absueltos por la Audiencia Provincial de Alicante tras ser detenidos e imputados en 2015 en el marco de una operación contra el tráfico de cocaína a gran escala, que se saldó con numerosas detenciones y la intervención, en una nave de Villena, de 402 kilos de dicha sustancia.

La detención de ambos villenenses, junto a un tercero que finalmente no fue imputado, generó un gran revuelo en Villena, al tratarse de personas muy conocidas. 7 años después, tras un largo proceso judicial, la Audiencia ha absuelto a varios implicados, entre ellos los imputados de nuestra ciudad.

Un hombre de 55 años ha sido condenado por introducir 402 kilogramos de cocaína de gran pureza en el país. Ocultada en máquinas de inyección de plástico importadas desde Ecuador, el objetivo era distribuirlas hasta el polígono industrial de Villena.

El tribunal de la Sección Décima de la Audiencia Provincial alicantina, que juzgó los hechos, le considera responsable de un delito contra la salud pública de sustancias que causan grave daño para la salud. A eso añaden que concurren las agravantes de notoria importancia por la cantidad de droga intervenida y de extrema gravedad por la simulación de operaciones de tráfico internacional.

Le impone nueve años y un día de privación de libertad por ese primer delito, a los que añade otros seis meses de prisión adicional como autor de un delito de pertenencia a grupo criminal.

Además, deberá pagar dos multas de más de 13,7 millones cada una (13.748.854 euros) por la comisión del primero de los delitos a partir del valor que la cocaína habría adquirido tras su distribución a terceros en el mercado ilícito.

Procesados y absueltos

El tribunal acuerda, así mismo, la absolución de otras siete personas que también habían sido procesadas con relación a los mismos hechos, como responsables de las empresas utilizadas para el transporte de los contenedores hasta su destino final, al no considerar acreditado que tuviesen participación puesto que no se habrían encontrado pruebas de que tuviesen "conocimiento o sospecha fundada de que las máquinas en cuya recepción, transporte y depósito provisional intervinieron contuvieran cocaína".

La sentencia establece que el acusado se conjuró con terceras personas para organizar el traslado de, al menos, tres contenedores en los que se almacenaba la maquinaria con la cocaína oculta, entre septiembre y octubre de 2015.

En concreto, señala que el condenado gestionó la importación de dos partidas de cocaína que se camuflaron en la zona del depósito de aceite de dos de las tres máquinas de inyección de plástico importadas, que fueron las mercancías que se declararon a efectos oficiales.

Los contenedores llegaron a través del puerto de Valencia con el objetivo de que fuesen trasladadas hasta una nave del polígono de Bulilla, en el término municipal de Villena.

La operativa quedó al descubierto después de que un perro adiestrado adscrito al servicio de Aduana de Valencia marcase una zona de la primera máquina importada. Según la sentencia, la inspección detallada de esa máquina permitió hallar 202 paquetes cilíndricos que contenían una cifra equivalente de kilos de cocaína.

El juzgado instructor autorizó la revisión y extracción de la sustancia, así como su entrega controlada para que prosiguiese la investigación, lo que permitió comprobar que el condenado acudió al destino final de la máquina importada para desmontarla y hacerse con la cocaína que creían que se hallaba en su interior.



Destino Villena

El hallazgo de la droga se reprodujo al revisar la segunda de las máquinas importadas desde Ecuador que también tenían como destino la misma nave industrial del polígono de Villena.

El procesado alegó en el juicio que había entrado en el negocio de importación de maquinaria de inyección de plástico a propuesta de un tercero con la intención de revenderla en Europa a un precio superior y negó que tuviese conocimiento de que las máquinas contuviesen cocaína oculta.

En cambio, el tribunal concluye que existen "diversos indicios", como la existencia de pinchazos telefónicos y las labores de seguimiento policial que, "valorados de forma conjunta, permiten inferir más allá de toda duda razonable que desde un principio este acusado formó parte del grupo de personas que ideó el plan de transportar la cocaína" después de ocultarla en máquinas con el fin de que no fuese descubierta por los cuerpos policiales.

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