Vida de perros

Fin de semana en Villena

¿Que en Villena no se hace nada? Pues sí que sabéis. A ver ahora, después del pasado fin de semana, qué decís todos esos y esas que os dedicáis a quejaros y a decir que en Villena no se hace nada. Porque el pasado fin de semana estuvo lleno de actividades. De esas al aire libre. De esas para todos los públicos: niños y niñas, tercera y cuarta edad, jóvenes, adultos y adultas y fumadores y fumadoras. Actividades para llenar casi todas las horas de nuestro horario de ocio.
Y no me refiero a la inauguración de la terraza del Colosseo o al estreno de la zona de pintxo-terapia de La Bola. Hablo del despliegue de actividades que han inundado nuestras acondicionadas zonas de esparcimiento. Se trata del Mundo en tu Plaza, de la presentación de las Regidoras de Fiestas y del Concurso Canino. Tres actividades que aprovecharon las buenas temperaturas para dar la bienvenida al dichoso cuarenta de mayo. Por mi parte, lamento que del trío de actividades únicamente pueda hablarles de una.

En el caso de la actividad realizada por la caja de ahorros que tan buena voluntad muestra hacia su clientela, les comentaré un par de motivos que me mantuvieron alejado del bulevar Maestro Carrascosa donde se desarrolló. El primero tiene que ver con el trabajo que realicé junto con mi equipo de trabajo en los inicios del proyecto El Mundo en tu Plaza hace cuatro o cinco años. Y es que no hay nadie peor para criticar un proyecto que quien ha tenido alguna participación en él. Por eso no fui. Porque conociendo el espíritu del proyecto no me quería enfrentar a lo que “la cosa ha dado de sí” con el tiempo y los intereses. Basta con comentaros que lo del “mundo” y la “plaza” tenía un sentido literal. Que se trataba de que la representación de cada una de las nacionalidades que conviven en nuestro barrio o ciudad se mostraran en una feria. La idea era compartir, poner en común, exponer las diferentes costumbres, tradiciones y maneras. Nada que ver con asociaciones socio-sanitarias, como podéis imaginar. Asociaciones socio-sanitarias que han encontrado un hueco tras la desaparecida Feria Intercultural –un espacio que como su nombre indicaba tampoco era el propio de ellas–.

Pero dejando a un lado lo acertado o no (el aprovechamiento que de estas asociaciones hacen las Ferias para completar stands) diré que no fui para no desencantarme, para no acentuar mi aprecio por la caja de ahorros. Para no certificar que aquello de “obra social” (obligatoria) se refleja en mayor medida en la imagen publicitaria de la entidad –también presupuestariamente– que en el desarrollo en sí de los objetivos del proyecto. Que, como de costumbre, hay más imprenta que trabajo de campo, más logotipo que objetivos sociales.

El segundo motivo por el que decidí no participar en El Mundo en tu Plaza se refiere al cariño que con la crisis han despertado en mi ánimo tanto los bancos como las cajas de ahorro. Para no sentir como de costumbre que desde una entidad amparada por todos y todas se realizan actividades que transmiten a los espíritus más sensibles una sensación de engaño, de jugar al hecha la ley hecha la trampa…, si no díganme quién puede mirar con alegría el centenar de banderolas que puso en la ciudad la misma caja de ahorros que por cualquier tontería se sirve de empresas de “matones” –dedicadas a llamarle por teléfono o a enviarle correspondencia para, poniéndose en lo peor, hacerle saber que no pueden romperle los dedos pero pueden hundirle todavía más en la ciénaga–; quién puede mirar las pancartas cruzando la calle y la decena de banderolas vestidas con el logotipo de la entidad sabiendo que están pagadas con las desmesuradas comisiones e intereses que nos cobran.

Tampoco fui a ver la pantalla gigante en el Paseo Chapí transmitiendo la exaltación –como bien dicen los Estudiantes– de nuestras regidoras, porque tampoco ando al paso de las Fiestas de Villena. Y aunque la propuesta de poner una pantalla en el exterior del Teatro Chapí no me parece desacertada (el teatro sólo da cabida a un tercio del público que solía asistir al acto), la actividad no motiva mi interés personal. Así que optamos por marcharnos a casa la noche del sábado con la única intriga de descubrir qué canales de televisión nos dejaría ver la TDT.

El domingo por la mañana nos levantamos temprano. El señor S. y yo nos fuimos a reciclar el papel, plástico y vidrio acumulados. Luego nos acercamos al Paseo Marítimo donde se celebraba el 3er Concurso Canino. Y aunque llegamos a media mañana a la explanada, hay que reconocer que ya entonces el sol no daba tregua al reducido espacio donde se desarrollaba el evento. Sin árboles que protegieran del Lorenzo y con poco más que una tela azul como cobertura sobre las zonas de exhibición, apenas quedaba espacio para disfrutar de la actividad. Con todo vimos muchos animales hermosos y disciplinados durante nuestra corta visita. No sólo era el sol el que nos hacía incómoda la visita. Era también la cortesía de dejar las breves zonas de sombra a los y las participantes llegados de lejos la que nos inspiró la retirada. Lástima.

Que la compañía de animales es muy importante para muchas personas es algo que sin experimentar podemos sentir. Por eso me parece oportuno finalizar recordando a esa preciosa perrita que hasta el pasado sábado alegró las vidas de mi compañero Toni y de su familia. Desde aquí mi afecto a su desconsuelo.

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