Una de las consecuencias curiosas del resultado electoral del pasado 27 de mayo fue que, debido a los 12 concejales obtenidos por el Partido Popular, uno de ellos debía sentarse junto a los representantes de la oposición durante la celebración de los Plenos, decidiéndose en su día que fuera Francisco Abellán quien ocupara tal puesto.
El mobiliario instalado en el salón de sesiones durante su última reforma separó a los concejales en dos bancadas de 10 asientos cada una, que sumados al puesto de la alcaldesa da el total de 21 ediles que conforman la Corporación. No obstante, la actual configuración de la misma, 11 concejales del PP (más la alcaldesa) por 9 de la oposición, había deparado desde la toma de posesión de la nueva Corporación una situación, cuanto menos, curiosa.
Así, y aunque hasta el momento los Plenos habían discurrido en situación de buena vecindad, lo cierto es que Abellán no podía aconsejar o recibir las sugerencias o notas de sus compañeros durante los debates plenarios, mientras que, dada su posición, sí que estaba al corriente de las estrategias elaboradas desde el banco de la oposición.
Escaño portátil
Así las cosas, se ha encargado la construcción de un escaño portátil que se ubicará, en principio, entre la bancada presidencial y el extremo más cercano a ésta de la bancada del equipo de gobierno, quedando el edil de Fiestas junto a sus compañeras Adela Serra y María José Hernández Francés y abandonando, por tanto, a los que han sido sus compañeros durante los primeros Plenos de esta legislatura.
No han faltado, eso sí, algunas bromas sobre el transfuguismo de Abellán, que según algunas fuentes humorísticas, por supuesto quiere hacer valer sus posiciones ante sus compañeros, ya que con las ruedas de su nuevo escaño puede pasarse a la oposición en cualquier momento.
