No crean, amigos lectores, que voy a hablar del fútbol. Esta semana me toca hablar de Celia, de Celia y de su equipo de gobierno. No obstante, el símil futbolístico lo utilizaré y les invitaré a hacer una reconstrucción mental de aquel gol que metió Raúl al Barcelona en su propio campo. Sigan leyendo.
Aquel Real Madrid de los Zidanes y Pavones, que logró construir mi admirado Florentino, fue bautizado por la prensa y conocido posteriormente por todo el mundo como el Madrid de los galácticos. A Florentino se le reprochaba que sus fichajes eran viejas glorias, sin embargo, en las competiciones que disputaba el equipo merengue, las viejas glorias daban lecciones de profesionalidad y, al final de cada temporada, abrían las vitrinas del Santiago Bernabéu para colocar los más preciados trofeos fuesen estos copas de Europa, ligas o intercontinentales.
¿No encuentra Ud. la relación de ese Real Madrid con el equipo de gobierno de Celia? Vamos a verlo. Antes de las elecciones, simpatizantes de algunos partidos de los que ahora están en la oposición decían que el PP, y Celia en concreto, no encontraba gente para componer su lista electoral. Cuando se presentó la lista, pudimos leer en alguna web artículos que acogían con frialdad los nombres que componían la propuesta del PP para las municipales. Las dudas, una vez ganadas las elecciones de la forma que se ganaron y visto el resultado que están ofreciendo los concejales de gobierno, desde Mª Paz a Pedrosa, han quedado despejadas y mudos o casi mudos han quedado los críticos escribientes.
El equipo de gobierno de Celia, en estos escasos sesenta días de gobierno que lleva, ha desarrollado tal actividad que algunos ya estamos pensado que, al ritmo que van, en un año se ventilan el programa electoral. Están demostrando su profesionalidad como gestores, firmes en su determinación no demuestran temor a las decisiones que hay que tomar, por mucho que estas parezcan impopulares de inicio, porque parece ser que siempre tienen una alternativa con mejora.
En semanas pasadas hemos asistido a una colección de jugadas magistrales que han ido poniendo en pie al público, permítanme esta expresión futbolística, a la vez que han despertado las críticas de los portavoces de los partidos de la oposición y de los opinadores en los foros digitales. Sin embargo, el equipo de gobierno ha ido trenzando jugadas en el campo, culminando la última cuando estoy escribiendo este artículo con la firma del protocolo de rehabilitación de la Plaza de Toros de Villena.
Mientras leía la noticia en El Periódico de Villena, me vino a la mente aquel fantástico gol que le metió Raúl al Barcelona en el Camp Nou y que significaba un empate que, al final de temporada, significó un nuevo trofeo para el Real Madrid. Recordarán los lectores que, tras marcar, Raúl corrió por el campo colocándose el dedo índice a la altura de los labios mandando callar a todo el público del Camp Nou, el cual, rendido ante la evidencia, guardó un silencio impotente.
No he podido evitar imaginar el momento en el que se ha firmado el protocolo entre el conseller y la alcaldesa, con el Molt Honorable como testigo, levantándose Celia de la mesa y, vestida con la camiseta madridista, correr por el ayuntamiento al estilo de Raúl, con el dedo índice a la altura de los labios mandando callar, con hechos, a los críticos que dudaban de la capacidad del PP para cumplir sus promesas electorales. Quien se atreva, que exprese dudas o que cuestione la capacidad o procedencia de los concejales que gobiernan Villena. Mientras tanto, la salsa del fútbol son los goles y de la política municipal las promesas cumplidas y las obras hechas.
