¿Gazapo o no gazapo?
Como siempre sucede por estos momentos, la temporada española de este año ha llegado a su fin. Como siempre, la última feria es la de San Lucas en Jaén, como siempre. La temporada 2008 desde su comienzo ha ido dejando un reguero de valor y sangre iniciada por el épico José Tomás, que ha tocado a cornada por corrida. A este torero, fundador de una nueva era y figura incomparable, le ha salido un compañero de suertes con el que puede establecer una verdadera rivalidad. Se trata de Miguel Ángel Perera y en la Feria de Otoño de Madrid se jugó la vida en los mismos terrenos en los que se la juega el diestro de Galapagar, sin entrar en odiosas comparaciones pues ambos son seres de notoria personalidad. Sin duda el toreo moderno está dando otra vuelta de tuerca creando un nuevo movimiento en torno al planeta de los toros.
A partir de ahora unos toreros se marchan a hacer las Américas y otros se quedan en el campo descansando y preparándose para cuando comience el año nuevo. Todos estos avatares se van plasmando en una obra cumbre que es la más importante enciclopedia taurina: El Cossío.
Cualquier curioso con ganas de acercarse a este mundo encontrará una pirámide de datos. Cualquier aficionado con ganas de aprender y saber más puede consultar sus páginas antes de ir a los toros para conocer todos los detalles sobre la ganadería anunciada y el cartel de esa tarde. Mayor importancia tiene esta colección de consulta para los que nos dedicamos a escribir sobre esto, y su consulta para obtener documentación es obligada antes de asistir a un evento o realizar una entrevista.
El primer Cossío que tuve ocasión de ojear estaba en casa del abuelo de mi amigo Luis Geras. Allí íbamos los sábados por la tarde a ver el fútbol y a tomarnos algún whisquicico que otro. De esto hace más de veinte años y comprar El Cossío resultaba algo imposible para mí. Me parece que los primeros datos que comencé a buscar eran referencias a Villena. En el tomo correspondiente a las plazas de toros venía una reseña correspondiente a nuestra Plaza. De la relación de datos destacaba el diámetro de ruedo y el aforo: Diez mil espectadores. En los tiempos en que se editó aquel ejemplar la Plaza de Toros de Villena era la segunda en importancia provincial, tras la de Alicante. El dato es objetivo.
Con el paso de los años fui cambiando la andanada de Sol por el tendido bajo de Sombra, gracias al trabajo, y pude adquirir la edición actualizada de El Cossío y repasándola me sorprendí al leer que el aforo de la plaza había menguado a cuatro mil. Los demás datos no variaban como prueba de que en la Editorial Espasa desconocían el estado de ruina en que se encuentra el coso de Villena. Sin duda se trataba de un gazapo.
Como he podido comprobar en la última tirada, la del año pasado, que persistía el error, he considerado la posibilidad de remitirles un legajo de documentación ilustrativa para que conozcan la situación y rectifiquen el aforo conservando el dato histórico e inicial de los diez mil.
Sin embargo la duda me asalta. ¿Debo tomarme esta molestia? ¿Seré atendido por los de Espasa? ¿Haré el ridículo? Es humano verse angustiado por esta duda existencial, no vaya a ser que se me ocurra montar el pollo y al final sea verdad que la plaza se quede con cuatro mil asientos para disfrutar de la Pasarela Marquesado y del Open de Moto-Cross del Alto Vinalopó.