Apaga y vámonos

Había una vez…

Pues no, señora. No es que en Villena tengamos, como le expliqué la semana pasada, la Cuadrillo del Bombero Torero, es que tenemos un circo entero, sólo que el reparto de faenas es distinto al de los circos tradicionales y apenas podemos encontrar trapecistas, domadores, magos o equilibristas. Eso sí, fieras salvajes, las que quiera. Lanzadores de cuchillos (por la espalda), para dar y vender. Y payasos, a punta pala (dicho sea con el mayor de los respetos hacía los payasos, pues no se me ocurre un oficio más digno que hacer reír a los demás). Sólo falta que aparezca la mujer barbuda para que podamos ir cerrando la puerta.
En el Partido Popular la fiesta es ya permanente, pues entre unos y otros han convertido a la agrupación popular de Villena en una especie de after hours –en plan Abierto hasta el Amanecer– donde lo mismo te llevan a la Fiscalía Anticorrupción que se te aparecen como zombies los del Frente de Juventudes, un apocalipsis infinito en el que irrumpe como salvadora la Cospedal –esa señora que nos quiere dejar a los alicantinos sin el trasvase Tajo-Segura– y en el que, cortes de luz mediante, Villena vuelve a quedar como una aldeíca tercermundista ante los 15 ó 20 ó 50 mil asistentes al acto político del sábado, que eso sí que fue un encuentro planetario y no las chorradas de la Pajín. Chúpate ésa, ZP.

No seas borde, Aure, que los cortes de luz fueron culpa del viento –dirá el lector de buen corazón. “Claro, del viento que el PP no salió a atajar” –añadirá el concejal socialista Sergio Palao, que esta semana ha ganado el premio a la Mejor Perla Demagógica por su pieza “Pues no sé qué hacía Celia cenando el sábado con el viento que hacía en La Virgen”, sainete con el que vuelve a quedar de manifiesto que, si el equipo de gobierno del PP va de culo, la supuesta alternativa de poder encarnada por el PSOE le sigue de cerca, ofreciendo el PPSOE al completo tal retrato de la casta política villenera que dan ganas de exiliarse una temporada en tanto que el sentido común no haga parada y fonda en nuestra ciudad, donde más bien sucede todo lo contrario: de hecho, ya empezamos a tener noticias de un nuevo personaje que se incorpora al vodevil villenense, el retornado García Ágredas, especialista en rodearse de arribistas y sanguijuelas…

Menos mal que al margen de la “clase política” hay vida, y la gente normal, ésa que sólo entiende de madrugones, esfuerzos e hipotecas, y no de actos planetarios, perlas demagógicas y chupasangres, sigue al pie del cañón. Y en semanas como ésta, cuando Virginia Hernández Martínez sigue triunfando con sus relatos, Tita Torró con su tenis, Salvatur con sus cruceros y mis admirados programadores de DevilishGames con sus videojuegos, uno siente hasta un puntito de orgullo al decir que es de Villena. Porque si por nuestros “políticos” fuera, no tendrían más remedio que darme la razón, amigos: Apaga y vámonos.

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