Hacer una montaña
De modo que no se equivocaban aquellas voces que auguraban trasiego y diversión con el relanzamiento de (ahora) La Plaza. No sé si sabían de lo que hablaban, o si era a esto a lo que se referían, pero es innegable su capacidad premonitoria: la Plaza villenera moviliza y entretiene. Cualidades que por lo que vemos y vivimos tampoco son necesariamente positivas para la ciudad. Mover y entretener. Hasta tal punto que el titular de cada nueva portada de nuestro Semanal se ve distraído con los animosos debates suscitados por la Plaza. Lo que podría llevar a pensar en nuestra fortuna respecto a las dificultades de muchas poblaciones por encontrar para ellas un elemento tan entretenido y movilizador.
La semana pasada ya andamos y desandamos lo tocante a la instancia que X empresa dedicada al ámbito taurino presentaba contra nuestro ayuntamiento con el fin de ingresar en sus alforjas los presuntos beneficios no obtenidos por un trabajo que no había realizado. La guinda, digamos, al fiasco de aquella comisión destinada a la adjudicación del evento taurino para el día 7 de septiembre. El colofón de aquel todavía misterioso asunto donde solo faltó poner en entredicho el kilómetro exacto de la salida de Villena a la autovía en dirección a Alicante. De modo que con (siempre) el señor Richart recién incorporado a sus labores lloriqueando por la escasa atención de nuestra administración hacia sus concejalías, con los (¿dos?) concejales socialistas pidiendo a nuestro alcalde la expulsión de dicho concejal, y con el partido VCD al que pertenece dicho concejal en plena (y sangrienta) disputa interna, aparece la empresa X dedicada al entretenimiento taurino y nos pide a villeneros y villeneras aflojar el montante de euros correspondiente a los beneficios que no pudo obtener con el evento que ese día siete de septiembre no realizó (montante calculado sobre el supuesto de que todo hubiera salido a las mil maravillas).
Pero si todo esto les parece poco, queridas personas, esta presente semana nuestra Plaza ofrece a nuestra ciudad nuevas oportunidades de movilización y entretenimiento (que no de cobro de deudas pendientes). En esta ocasión el detonante ha sido la retirada durante el pasado fin de semana del albero, la fina tierra que cubre o conforma (cubría o conformaba) el suelo del coso de nuestra Plaza. Una medida que ha obtenido rápidamente respuestas provenientes de diferentes flancos y que vienen acompañadas de ataques más o menos justificados, traídos de los pelos en su mayoría a tenor de que el Pisuerga pasa por Valladolid. Destacables entre el murmullo popular han sido, cómo no, la intervención de la señora Lledó, anteriormente alcaldesa de Villena; y en la rueda de prensa ofrecida por el señor Miguel Ortuño como presidente de una de las peñas taurinas de lo que viene a ser nuestra ciudad.
En Tiempos de Crisis como los que vivimos hay determinadas acciones en el juego político que se hacen realmente insoportables para la población: las mentiras, los engaños, las cortinas de humo, la evasión de los compromisos, el desentendido sobre las responsabilidades presentes y/o pasadas, el paternalismo, la incompetencia, la falta de transparencia que supondría seguir a ciegas a un gurú todopoderoso, la obsesión por menudencias, la falta de solidaridad que muestra introversión asustadiza... Quizás por eso en Tiempos de Crisis se levantan hasta lo insospechado aquellos grupos claros, precisos y determinados, pese a sostenerse sobre ideas que humanamente son más que cuestionables.
Cuando los Tiempos de Crisis no son tan incisivos parece que son otras cuestiones las que mantienen nuestra atención: el arte, la ciencia, la ética, el sol al atardecer, los detalles más o menos importantes , como el de la retirada de la arena del coso de nuestra Plaza. Un asunto sin duda de mucha mayor importancia que el referido a los millones que Villena debe pagar para cubrir el farol del ex-president Camps y del ausente sentido de la prudencia de nuestro anterior Equipo de Gobierno: y para decirlo con tranquilidad solo necesito reclamar sus estudios de viabilidad o su plan de actuación sobre el edificio plurifuncional (ese dedicado a la programación y evaluación, a la función y al uso, a la captación de patrocinios, recursos y público, etcétera).
Al respecto, a la señora Lledó parece colmársele el vaso y nos dedica un escrito donde sin acusar y buscando lo mejor para Villena hace desgaste de los grupos contrincantes, en primera persona, como ex-alcaldesa que no como portavoz de su partido, con una retahíla de quien no ha descargado un disco o una película mediante el peer-to-peer que nos hace pensar en si su ausencia en la primera línea política no nos traerá una precampaña electoral demasiado anticipada. Por otro lado el señor Miguel Ortuño, presidente de una de las Peñas Taurinas, en lo que viene a ser su comparecencia pública nos habla de una problemática que nos resulta irreal: ¿está fundamentada en la retirada de la arena del ruedo? Lo digo porque parece que de un grano de arena está formando una montaña. Cierto es que conforme nos llegan los motivos de esta medida más nos vamos convenciendo de su idoneidad. Pero creo que en cualquier caso no da lugar a poner el grito en el cielo dando casi a entender el hecho como una ofensa o ataque particular. Ya lo dice usted, señor Ortuño: el puesto en el sillón viene y va, lo importante es trabajar por Villena. Y en lo que la transparencia me permite, entiendo que una vez borrado el Pabellón Festero del mapa y con una infraestructura con tan pocas virtudes para su explotación en estos tiempos, más vale pagar mucho por mucho que mucho por poco.