Vida de perros

Hasta resulta extraño

El pasado lunes escuchaba la comparecencia de la señora Lledó a los medios de comunicación de nuestra ciudad y no me cupo la menor duda de que en el Partido Popular de Villena habían estado trabajando duro durante los últimos siete días. Con voz despejada, diría incluso alegre ¿simpática?, la que ha sido nuestra alcaldesa los últimos cuatro años –todavía puede que los cuatro siguientes– comunicó a su ciudadanía su intención de servirse del diálogo y el talante para reunirse y hablar con el resto de grupos políticos (con plaza) sobre el futuro de nuestra Villena. Resulta extraño, pero incluso me conmovió la frescura de su voz: libre de tensiones, amable, ligera, pero meditada y certera.
Casi me hubiera dejado llevar por aquellas palabras, por la cadencia del tono, por la seguridad y encanto de sus frases de no haber sido por las fatales piedras que poco a poco iban apareciendo a lo largo de su discurso. La primera la que hacía referencia a su buena disposición para permitir que los grupos de la oposición participaran en las Comisiones de Gobierno, algo que –según decía– rechazó cuatro años atrás con el fin de agilizar el proceso (no dijo que el veto de asistencia a la oposición en estas comisiones rompía la armonía creada en el Ayuntamiento de Villena a lo largo de tres décadas; tampoco habló, en el mismo sentido, del avariento e interesado recorte de personal liberado que concedió a los grupos opositores).

Así que, sin precaución de no extenderse, la señora Lledó se adentró en el jardín, contándonos ahora que ella misma había ofrecido una Concejalía –la de Igualdad– a la señora Cate Hernández, la cual se negó a aceptar para su grupo Verde. Y aunque de las condiciones de tal ofrecimiento no sabemos nada, sí podemos asegurar que dicha área se quedó en el aire, desapareció, y que la señora Hernández desde entonces sólo ha recibido investigaciones, escarnio público y querellas –afortunadamente favorables–.

Pero ya inmersa en el jardín –lástima empañar así el discurso– la señora Lledó comenzó a manejarse con asuntos tipo “el partido más votado”, “lo mejor para Villena”, “lo que Villena quiere”, “legitimidad”, etc. Vamos, con todo aquello que se viene a decir en estos casos y que apunta y pretende hincar el cuchillo en algo que está amparado por nuestro sistema: la unión de fuerzas políticas que consiguiendo la mayor suma de votos gobierne una ciudad, autonomía o país –tal y como han hecho PP y PSOE en alguna ocasión–.

Lo más triste de todo fue el desafortunado símil deportivo: cuando comparó el tripartito con una unión entre su Real Madrid con el Valencia para sumar más puntos que el Barça y así hacerse con la Liga. Desafortunado y triste por interesado, porque ella misma sabe que no es así, afortunadamente, como funcionan las cosas.

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