El Volapié

Ignorante, irresponsable e impune

La corrupción y la golfería que parece haber estallado en la política no es algo nuevo, aunque ahora parezca haberse olvidado todo lo anterior y que sea Mariano Rajoy el que más merezca estar de espaldas al paredón.
Ojalá sólo estuviera en entredicho la honestidad del Presidente del Gobierno y de la cúpula del Partido Popular. Ojalá fuese así porque estaríamos acabando con la putrefacción.

Pero no es así a pesar de que los máximos mandatarios de los partidos adversarios traten de obtener todo el rédito posible a una situación que no puede continuar.

Vamos a ver... Los indicios más que razonables muestran que Mariano –nombraré así al conjunto de todos los presuntos corruptos y delincuentes que se amparan en la política para cometer sus presuntas fechorías– la ha cagado. Y el muy señor mío, espera una semana para comparecer ante la opinión pública y dar las irresponsables excusas de que es inocente, que va a ser transparente y que todo son infamias. Bien, porque no esperaba otra cosa del registrador. Está muy bien.

En ese caso y después de que la Fiscalía General del Estado haya considerado que los indicios no constituyen delito, el injuriado debería acudir a los tribunales a exigir las responsabilidades que correspondan a los medios de comunicación que lo han acusado de acciones tan feas. ¿No os parece? Sin embargo, se limita a mostrar su ignorancia desde un atril, a ofrecer transparencia absurda como si fuéramos tontos y a cerrar filas con sus presuntos compinches, limitándose a lo que se podría llamar una somera responsabilidad política.

Todos los casos de corrupción -todos, repito- salen a la luz si y sólo si los descubre el cuarto poder, que en demasiadas ocasiones llega a ellos por alguna vendetta. Pero buena es la venganza si sirve para ello.

¿Se han fijado ustedes que ningún partido ha descubierto jamás a un corrupto? Y ya ven que hay unos cuantos por metro cuadrado. En ningún caso son los propios partidos quienes incoan procedimientos de este tipo. Sólo lo hacen una vez la denuncia es patente en la prensa, y a partir de este momento se exigen o se ofrecen explicaciones y responsabilidades políticas para unos casos que podrían tener responsabilidad penal pero que concluyen en la más absoluta impunidad y condonados por otros casos peores.

Hemos pasado de la presunción de inocencia a la presunción de impunidad, como lo bautizaba el otro día mi amiga Rosana Güiza en El Confidencial.

Todos los medios que estoy escuchando y leyendo esta mañana acusan a un montón de gente de acciones horribles. Sólo José Mª Aznar se ha querellado contra El País porque afirmaron que esto de los sobres comenzó al llegar él a la presidencia del partido, y ganará la querella si consigue demostrar que todo comenzó antes.

¿Ustedes permitirían que un periódico les injuriase? ¿Se querellarían contra los que les acusan falsamente? ¿Acaso se van quedar impasibles? ¿Puede que los que le acusan tengan pruebas inculpatorias?

¡Con qué mal sabor de boca liquidé el IVA la semana pasada!

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