Incendio en Quintín Esquembre: crónica de un suceso anunciado
Los vecinos llevan años denunciando la situación ante la indiferencia de las autoridades responsables
Dos personas precisaron atención médica tras originarse un incendio en la vivienda donde habitan en la localidad de Villena durante la tarde del sábado. Hasta el lugar, en la calle Quintín Esquembre, se desplazó una unidad de Soporte Vital Básico (SAMU).
Según ha informado el Centro de Información y Coordinación de Emergencias (CICU), a las 20 horas de ayer entró un aviso alertando de un incendio en un inmueble con varias personas afectadas. Cuando los sanitarios llegaron al lugar del suceso tuvieron que asistir a un hombre de 44 años por quemaduras de 2º grado y a una mujer de 89 por inhalación de humo.
Ambos fueron llevados al centro de salud integrado de Villena, aunque con posterioridad, el hombre fue trasladado a una ambulancia del SAMU a la unidad de quemados del Hospital General Universitario de Alicante.
Un suceso anunciado
Los vecinos de la zona llevan años alertando de que “algo así podía pasar” y lamentando la falta de soluciones por parte de las autoridades responsables, puesto que el responsable del suceso es una persona con enfermedad mental que cuenta en su haber con decenas de denuncias por coacciones, amenazas, conducta agresiva, exhibicionismo, etc.
Ya en su día los vecinos denunciaban a través de un escrito en El Periódico de Villena que “esta persona entra y sale de sus brotes psicóticos sin control ninguno, ya que vive sólo, creando un clima de inseguridad que en ocasiones se traduce en incidentes mayores”.
Según ese escrito, en 2018 el individuo contaba ya con 86 denuncias, de las cuales “solo dos se habían tenido en cuenta: una por amenazas y la otra por daños materiales, concretamente unos cristales rotos”. Desde entonces, la impotencia de los vecinos se ha trasladado a las redes sociales, donde han seguido vertiendo sus quejas, ya que por mucho que hayan denunciado a la Policía Local y la Guardia Civil, finalmente siempre hay un juez que lo vuelve a dejar en la calle, cuando el sentir general es que esta persona debería estar ingresada en algún centro especializado y recibiendo tratamiento.
Las últimas quejas al respecto tuvieron lugar el mismo sábado, primero con unos cristales rotos por la mañana, y por la tarde tras abordar a algunas personas que salían de hacer la compra de un supermercado, lo que originó que llegara a personarse la Guardia Civil. Apenas unos minutos después, ardía la vivienda de dicha persona y acababa metiendo el miedo en el cuerpo a los vecinos, unos vecinos que, más que hartos, ya habían dejado escrito esto hace justo dos años:
“Esta persona, al estar completamente desinhibida, es un peligro para la convivencia normal de sus vecinos, tanto los de su edificio como los del resto del barrio, pues al no poder controlar sus instintos más primarios es una amenaza en potencia tanto para las personas de su alrededor como para él mismo, pudiendo en cualquier momento autolesionarse y por último y esperamos no llegue a ocurrir, el suicidio”.