Lo cierto es que fueron los casi cuatro euros que supuso la entrada a nuestro Polideportivo Municipal los que me hicieron pensar en la Piscina Cubierta Municipal y sus novísimas pistas de pádel, y su lustroso gimnasio y su ubicación en zona céntrica. Casi cuatro euros por cabeza que en familia y en unas pocas visitas mensuales cubren sobradamente las cuotas de por ejemplo el uso de las instalaciones privadas del CAMV. Lo cierto es que desconozco a cuánto asciende el precio del resto de servicios municipales tras las módicas subidas, pero imagino que igualmente me llevarían a pensar en ese paraíso que supone la inscripción en la Piscina Cubierta.
De modo que como una respuesta la pasada semana aparecen en portada los 200.000 euros que hasta el momento suman las pérdidas de la dichosa Piscina Cubierta. Pero no, no me digan queridas personas que se asombraron. Porque sabíamos de sobra que la instalación sería deficitaria, y que la cifra resultante sería cubierta por nuestro Ayuntamiento, nuestro presupuesto, el que compone nuestra contribución. Y obviamente, aún viendo las negras nubes acercándose, solo fuimos capaces de asentir al es bueno para Villena, salvando algunos peros. Es bueno para Villena como un mantra al que no se pueden poner objeciones: para no ser de quienes no quieren lo bueno para Villena. Más todavía si contamos con una subvención de Generalitat, 600.000 euros, una barbaridad de dinero que no podríamos rechazar: un 15% del montante en realidad. Además teníamos ofertas de constructoras que también se encargarían de la gestión. Pero, ¿qué gestión? ¿Una gestión liberada del estímulo que supone la competitividad, la oportunidad de negocio? Efectivamente. Y nuestro compromiso con la empresa gestora tiene una duración de cuarenta años. Cuarenta años durante los que deberemos cubrir monetariamente las pérdidas que suponga la falta de convocatoria de nuestra Piscina Cubierta. Porque es manifiesto que dados los cierres de sus piscinas que varios municipios circundantes realizaron el pasado año, no se ha realizado una campaña de captación, algo que evidentemente interesaría a cualquier empresa cuyas pérdidas no fueran cubiertas por el Ayuntamiento.
Afortunadamente el señor Esquembre nos dice que de momento y por contrato, nuestra ciudad no tiene la obligación de cubrir las pérdidas de la empresa gestora. Aunque después sí. De modo que espero ver cómo la empresa se desvive por cubrir con flyers y cartelería aquellas ciudades que se han visto obligadas a cerrar sus piscinas cubiertas. Porque eso es lo que se espera, ¿no? Que la gestora se esfuerce en promoción, horarios y precios, ¿no? Porque imagino que eso es lo que esperaría Celia Lledó y su equipo: llegar a la autogestión, ¿no? Porque nadie puede imaginar que Lledó nos ha dejado un pegote por cuarenta años con el único fin de cumplir su programa y ganar las elecciones, ¿no?
