Cultura

Invierno en el Chapí

He recibido el sobre con la programación de invierno del Teatro Chapí acompañada por un marcador de libros y el calendario troquelado del 2010. Un bello detalle que todos los años tiene nuestro principal teatro con quienes recibimos el desplegable en casa.
Llama la atención dentro del programa trimestral el subrayado en rojo que destaca como obra imprescindible el Calígula de Albert Camus. Quizás precisamente porque lo debe ser y porque viene de la mano de la veterana compañía valenciana L’Om Imprebís, una de las que pudo crecer gracias al Circuito Valenciano de Teatro que ahora las fuerzas políticas dirigentes quieren hacer desaparecer (hablaremos del tema con mayor detenimiento porque merece interés y apoyo). Quizás también es imprescindible acudir al espectáculo para recordar o conocer el genio de uno de los más terribles escritores galardonados con un Premio Nobel de Literatura, para celebrar su aniversario –una excusa que en ocasiones resulta una inesperada sorpresa–. Así que apunto en la agenda la imprescindible cita de mañana sábado.

Siguiendo las fechas del folleto del Chapí vuelvo a detenerme. Esta vez en la obra El niño de Belén de Martínez Mediero que pondrá en escena la veterana compañía villenera Manopla el próximo febrero (un proyecto que el grupo vuelve a acometer más de un decenio después de aquella primera vez). También en febrero, después de desear mucha mierda a Manopla, me detengo ante el trabajo que Josep María Pou dirige con la Velasco como primera actriz –ante la que siempre me rindo en sus trabajos teatrales pese a la poca estima que le tengo en el resto–. Se trata de La vida por delante y está a cargo de la compañía Focus.

El resto de fechas las paso sin mayor detenimiento en el papel. Pero justo antes de llegar al final vuelvo a frenar. Me llama la atención el trabajo que presenta Maduixa Teatre, y aunque sólo al terminar de leer el texto me doy cuenta de que está recomendada para niños y niñas de 3 a 6 años, no por eso dejo de mostrarme interesado en esa propuesta que conjuga la danza con la pintura. Ras! tiene trazas de ejercicio interesante, incluso las edades recomendadas suman puntos de cara a un público poco acostumbrado a rarezas o innovaciones sobre el escenario. En fin, sumadas las propuestas citadas a las no citadas parece que este trimestre sí viene cargado de teatro, de espectáculos para todos los públicos, de títulos que parecen inexcusables y de otros que pueden resultar un nuevo descubrimiento. Entre tanto nuestra otra sala parece yerma escénicamente y a primera vista tan sólo las citas de café teatro a cargo de ATAVI, aunque fuera del escenario, parecen mantener un vínculo entre la Casa de Cultura con el oficio escénico.

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