¡Jo, tío, cómo está el patio!
No os metáis mucho con los yayos, que aún les quedan “apargates”
El censurado y depuesto anterior gobierno se tuvo que dar un buen golpetazo en la cabeza para tener la osadía de, así, con un morro que te cagas, subir las pensiones la bárbara cantidad del 025%. Los abueletes y las abueletas, ante tamaña tomadura de pelo, se armaron de valor y garrote en mano se echaron entonces a las calles mostrando su total repugnancia hacia la medida tomada por el ministerio de Economía. Tras la quema de cartas remitidas por el Gobierno, le dedicaron a éste singulares calificativos, llamándole de todo menos guapo.
Hace unos meses a dos jubilados los trincó la pestañí cuando estaban engrosándose de forma unilateral la pensión. Para conseguir asegurarse ese sobresueldo no tuvieron otra que, boina en ristre y al más puro método Makinavaja, ejercer la –por lo menos así pensarían ellos– menesterosa labor de atracar algún que otro banco. Sí, señor, eso sí que es un hobby y lo demás son tonterías.
Resultará un tanto raro, pero un pensionista de 64 años ha dado con sus artríticos huesos en un calabozo de Villacandao. En esta ocasión la causa nada tiene que ver con el aligeramiento de peso de cajas fuertes. La cuestión viene a razón de que tras haberle dado el alto por estar merodeando con su coche por una zona de copas, los de la placa encontraron dentro de un tarro 15 dosis de farlopa, así como 3 dosis más en el interior del vehículo. Ignoro si alegó “consumo propio”, puesto que si así fuese el fenómeno tendría que estar más pasao que una revista porno a las dos semanas. Vamos, digo yo.
Por otra parte, y para no ser menos, otro cobrante de pensión ha sido pillado en varias ocasiones entreteniéndose –posiblemente las cartas, el dominó y tal ya le producían modorra– decorando con unos cuantos desconchones la fachada de un edificio del año catapum. La primera vez con una piedra, y la segunda, tiró de alta tecnología haciéndolo con un martillo. Se puede deducir que estaría un tanto enfurruñao con vete tú a saber qué o quiénes.
Y como paso de enumerar más cuestiones que puedan venir a cuento del gran berrinche pillado por parte de los pensionistas con el Estado; éste que lo es se pega el piro. Lo dicho, no os metáis con los yayos que aún les quedan apargates. Hasta más ver, pues. ¡Au!
Por: Tony Piojo