Abandonad toda esperanza, salmo 512º
Si a estas alturas todavía queda algún lector habitual de esta columna, quizá se habrá dado cuenta de que llevamos bastante tiempo sin tratar uno de mis temas favoritos: las adaptaciones literarias al cómic. Concretamente, desde la columna 478, publicada en agosto del año pasado. Pues bien: hoy vuelvo al tema por novena vez, y doy comienzo a esta entrega de lo que ya es casi una minisección propia con la tercera y última parte de la saga de cuyo capítulo anterior les hablé entonces... Me refiero, claro, a la trilogía Millenium de Stieg Larsson, que tras Los hombres que no amaban a las mujeres y La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina ve ahora cómo La reina en el palacio de las corrientes de aire se traslada igualmente al lenguaje de las viñetas. Y de nuevo la responsabilidad de la adaptación recae en manos del sueco Sylvain Runberg y los dibujantes españoles Josep Homs y Man. Es de esperar que esta adaptación tenga, si no el mismo éxito que las novelas originales (que sería ya mucho pedir), sí el eco que se merece entre el público lector aficionado a la novela gráfica de calidad.
Cuando hablamos de versiones de clásicos literarios en cómic, resulta difícil ignorar la colección de estética manga que viene editándose desde hace un tiempo; tales son el ritmo de publicación (a veces hasta de dos títulos por mes) y el nivel de calidad de los textos adaptados. Hoy es el turno de un incunable de la literatura universal: nada menos que Las mil y una noches, la recopilación anónima de cuentos de la cultura popular del lejano oriente a la que la historia de la esclava Scheherezade le dio no solo una unidad narrativa muy de agradecer, sino también la todavía hoy más brillante metáfora jamás urdida a propósito de la fascinación del ser humano por contar y escuchar historias. Aunque reducida, esta versión funciona como una herramienta perfecta para introducir a los lectores más jóvenes en el conocimiento de una literatura que muy pocas veces tendrán la oportunidad de estudiar durante su formación académica.
Sigo con más aventuras, aunque estas resulten algo más cercanas en el tiempo y el espacio: cuando comenté en su día su aproximación a la novela de Jack London El lobo de mar, dije de Riff Reb's que su estilo gráfico recordaba en algunos momentos al trabajo del gran Will Eisner y sobre todo a lo mejor de los tebeos de la desaparecida EC Comics. Su nueva incursión en el territorio de la adaptación literaria reincide en esa tendencia visual y también en su querencia por los relatos marítimos de piratas y otros sujetos de actitud pendenciera, si bien A bordo de la Estrella Matutina -su versión del texto homónimo de Pierre Mac Orlan- demuestra un mayor gusto por las atmósferas nocturnas y los personajes siniestros. Y como la anterior, se trata de un relato gráfico más que recomendable.
Y terminamos con un título que no es una novedad en el mercado -se publicó hace tres años- pero que, dada la efeméride que se celebra en este 2016 y, por qué no decirlo, la calidad intrínseca de la novela gráfica resultante, merece ser rescatado: me refiero a la adaptación de Macbeth que han llevado a cabo el guionista Josep Maria Polls y el dibujante Jordi Sempere. La vigencia del drama de William Shakespeare la vienen demostrando las versiones que se suceden año tras año (la última, el reciente -y espléndido- film a cargo del director Justin Kurzel y el actor Michael Fassbender); en este caso, se trata de una versión que adapta muy libremente los diálogos del bardo inglés pero se mantiene fiel al espíritu de aquel drama canónico sobre la ambición humana y la dicotomía que se establece entre el destino y el libre albedrío. Por lo tanto, se trata de una propuesta que demuestra una vez más que la fidelidad absoluta no es ni mucho menos un requisito indispensable para lograr un adaptación modélica.
Millenium 3, Las mil y una noches, A bordo de la Estrella Matutina y Macbeth están editados por Planeta DeAgostini Comics, La Otra H, Spaceman Books y Norma respectivamente.
