Juventud de IU (Política), divino tesoro
Es de agradecer que en estos tiempos de descrédito político, donde ya todos sus representantes son sospechosos de algo, haya gente joven que se libere de la pereza y la apatía y se implique en la defensa de unos ideales, se comprometan con una causa, aporten propuestas frescas, apuesten por una hoja de ruta. Es de agradecer que en tiempos de crisis, donde no se acaban de divisar horizontes tranquilos, cuando la precariedad del trabajo resulta insultante y la competencia es bravía, en vez de rendirse a la resignación y potenciar el absentismo electoral surja gente con ganas de volver a empezar.
Probablemente porque quizás nunca empezaron y les llegó la hora, quizás porque quienes emprendieron una lucha utópica hace años están cansados y los noveles cogen el testigo del relevo, quizás porque no les queda otra opción y necesitan demostrarse que, si ahora no lo intentan, se preguntarán toda la vida por qué no dieron un paso al frente. Es de agradecer que la rebeldía levante un muro contra la desidia, la indignación no se quede con los brazos cruzados y la ilusión no quede abatida nunca por la desesperanza.
Es de agradecer que cuando muchos políticos son presas del acomodo, otros muchos están de vuelta de todo sin haber ido a ninguna parte y unos terceros aprovechan la coyuntura para promocionar su propio beneficio personal, salgan de entre la nada un grupo de zagales sin ambiciones privadas, sin planificaciones futuras, sin trampolines que les lancen a una vida mejor y sólo para luchar por su propia dignidad, para quitarle la vergüenza que lleva encima este país, para regenerar el tejido social de esta Tierra nuestra y para devolver los principios éticos que siempre estuvieron instalados en el sentido común.
Son chavales que conocen de cerca el paro, que algunos conviven todos los días con los contratos basura, que han finalizado una carrera universitaria y antes de caerse muertos de deshonra exigen un futuro decoroso, que no desean toda una vida dando saltos de mata, que están hasta las narices de tanta austeridad para la mayoría, tanto despilfarro en estupideces de quienes deben dar ejemplo y tanta impunidad para unos pocos. Son muchachos y mozas que han visto arrodillarse a los demás y no están dispuestos a postrarse ante un sistema en el que impera la sinrazón.
No hay mayor satisfacción, para una organización veterana como IU de Villena, que ante el desencanto de los mayores brote el impulso juvenil de valores nuevos, savia fresca no contaminada de vicios viejos y que está dispuesta a dejarse oír, escuchar, opinar, sugerir y hacer cosas, muchas cosas. Así, con plena libertad y autonomía, este grupo se las ha apañado para programar una serie de actividades donde se mezclan la enseñanza con el debate, la didáctica con la reflexión, la crítica con las propuestas realizables.
De modo que a la organización de distintas charlas sobre temas de actualidad han sumado cursos y talleres informáticos sobre software libre y redes libres para profanos internautas, ciclos de Cinefórum para formación histórica y propuestas políticas para mejorar la ciudad y el país. Y puedo asegurar públicamente que lo mejor que atesoran es su energía, peligrosa y agradablemente contagiosa. ¡Qué se puede pedir, si no, a personas de diecisiete a treinta y pocos años!
Gracias a Andrés, a Dacsa, a Pedro, a Eladio, a Estefanía, a Virtu, a Marcelo, a Jorge, a Juanlo, a Antonio, a Pablo y otros colaboradores que ahora olvido. Con vosotros, convertir un futuro incierto en honrado está un poco más cerca. No os canséis nunca.