Dado que prefiero ir variando los contenidos tratados, no entraba en mis planes volver a hablarles hoy de cómics después de la columna de la semana pasada; pero la actualidad se impone y no quiero dejar de informarles de que hoy mismo se celebrará en Alicante una presentación de lo más atractiva. Y es que, como dijo hace no mucho mi buen amigo el autor y editor Ulises Ponce, Alicante parece haberse convertido durante estas semanas en la capital del cómic... Aunque, no nos engañemos, nunca llegaremos al nivel de un Madrid o una Barcelona. También es cierto que menos da una piedra: hace unas semanas yo mismo tuve el honor de presentar en la librería Ateneo Comics la nueva obra del villenense Adrián Benatar: El cerrajero; poco después pasaban por Pynchon & Co. Oriol Hernández y Javier Sáez Castán con sus El oro del tiempo y Extraños bajo el brazo respectivamente (y ojo, que en breve se dejará caer por aquí el gran Rubén Pellejero); y hoy tenemos una doble presentación de títulos infantiles y juveniles en la librería Fahrenheit 451 con el mismo Ulises Ponce de maestro de ceremonias.
De una de las dos obras que se presentarán, la magnífica Mandarina, ya les he comentado algo en un par de ocasiones: en una columna les hablé con entusiasmo de la primera entrega; y hace tres meses, en la sección de recomendaciones, reseñé el segundo tomo (que es el que se presenta hoy). Al respecto, creo que vale la pena recuperar lo que dije en su momento de esta nueva entrega de la colección, aprovechando que la autocita confesa no puede considerarse plagio: “Mandarina ya ha cumplido los diez años, y sigue viviendo a medio camino entre la ciudad y el campo; esta especie de ‘doble vida’ provocada por la separación de sus padres acaba desencadenando situaciones de lo más curiosas, que la pequeña encara sin pensar en que mientras tanto sigue haciéndose mayor... Tras el primer (y muy prometedor) álbum de debut, llega a nuestras manos la segunda entrega de esta serie creada por el guionista belga Sergio Salma y la ilustradora noveldense Amelia Navarro; lejos de defraudar limitándose a repetir los aciertos del volumen anterior, los autores siguen explorando con acierto cómo la ruptura sentimental de sus progenitores afecta a la joven protagonista en un álbum que confirma a la presente colección como uno de los títulos del cómic infantil y juvenil contemporáneo más logrados. En resumidas cuentas: una pequeña joya que nadie, sea cual sea su edad, debería dejar de leer”. Al respecto solo me queda insistir: si tienen hijos, nietos, sobrinos, hermanos, primos o lo que sea en edad similar a la de la protagonista de esta obra, no dejen de regalársela en alguna fecha señalada... o en cualquier ocasión, simplemente porque sí. Y si es con dedicatoria, dibujo incluido, de la dibujante (que estará esta tarde en la presentación), pues mejor que mejor.
A Amelia Navarro le acompañará otro autor que también firmará ejemplares de su obra: Àlex López presenta su Adeline, el álbum que recoge de forma integral todas las aventuras de esta adolescente cuya principal preocupación es ser la única del grupo de sus amigas que todavía no tiene novio; por ello, su interés por protagonizar un romance y que no “se le pase el arroz” la llevará a verse inmersa en una sucesión de situaciones, equívocos y accidentes a cuál más desastroso. Con esta premisa, el autor logra captar a la perfección el angst adolescente -en resumen: vivir cada día como si fuese el último de tu vida por más que tengas toda la ídem por delante- sin perder de vista la dimensión lúdica; y, pese a la estructura episódica de la obra, le confiere a esta una unidad argumental progresiva que desemboca en una conclusión muy de agradecer. Todo ello, además, haciendo gala de un apartado gráfico cargado de expresividad y dinamismo. En resumidas cuentas: Adeline me ha parecido toda una sorpresa, así como una lectura apta para todas las edades.
Y ya que estamos hablando de cómics ideales para edades tempranas, no quiero dejar pasar la oportunidad de recomendarles la sensación del momento: Cosmo en el espacio es la nueva obra de Javi de Castro, que se aparta del registro adulto de su anterior Villanueva (un inquietante relato de folk horror con todas las de la ley) para ofrecernos la historia de un pequeño niño astronauta que vive una increíble aventura en el espacio exterior. El mayor aliciente del cómic en cuestión es que el relato se divide en dos partes, leyéndose primero del derecho (de la primera página a la última) y luego del revés (de regreso desde la última página hasta la primera); esto es, cada página presenta diálogos en dos colores según sea el sentido de la lectura, y las viñetas son duales: una misma ilustración se interpreta de una forma u otra según se oriente el libro. No sé si explicado así se entiende lo que quiero decir, pero les prometo que una vez con el cómic en la mano es algo muy sencillo y al alcance de los lectores más jóvenes. De hecho, precisamente los niños son quienes, libres de todo prejuicio, mejor aceptan experimentos de esta índole porque comprenden la lectura como un juego, un reto o, en definitiva, una aventura. Lástima que, por lo general, con el paso del tiempo se nos acabe olvidando.
Mandarina 2 y Adeline están editados por Nuevo Nueve; Cosmo en el espacio está editado por Astiberri.