Apaga y vámonos

La Canción del Verano (villenero)

Dadas las fechas en las que nos encontramos, lo suyo sería que trajera de nuevo a estas páginas a mis sobrinos murcianos, Laura y Gonzalo, para hablar de la estupefacción y el aburrimiento que les producen acontecimientos como el Pasacalles que nos volverá a impedir el descanso este domingo, pero paso de amargarme pensando en las fiestas. Así pues, y sin abandonar el folclorismo rancio, voy a cambiar de epígrafe y centrarme en otra expresión apolillada del verano: la canción del ídem.
Como sabrán, se trata de aquellas melodías que más impacto mediático causan durante esta época, tan propensa al abandono y el encefalograma plano. Suelen ser interpretadas por personajes estrafalarios, horteras y con el gusto estético y musical donde yo les diga, tonadillas con estribillos pegadizos, muy bailables (siempre que a repetir coreografías grupales que nos hacen parecer gilipollas se le pueda considerar bailar) y con las que nos bombardean hasta la extenuación en los medios, bares, discotecas y plazas mayores con verbena incluida.

La bomba, Aserejé, Mueve tu cu-cu, Papi chulo, Salomé, La luna y el toro, La macarena o El tractor amarillo son algunos ejemplos de una nefasta costumbre que arrancó allá por 1965 de la mano de La Yenka, de Johnny and Charley, y que tiene por Anticristo a Georgie Dann, elemento a deportar que a lo largo de los años ha vomitado cosas como El Bimbó, La Barbacoa o El negro no puede.

Será entonces por aquello de que la historia es cíclica y vuelve a repetirse, o tal vez a causa de la crisis, que no nos deja encargar composiciones nuevas, pero el caso es que La Yenka vuelve a estar de moda gracias al PSOE de Villena, que lleva casi seis meses dando vueltas en círculos atendiendo a la perfección a la letra de la canción del verano del 65:

Vengan chicos y chicas a bailar… todo el mundo viene ahora sin pensar. Izquierda, izquierda –con el partido roto se convoca una Asamblea extraordinaria y José Francisco López presenta públicamente su candidatura–. Derecha, derecha –la Gestora, de la que su presidente, Ferrán Verdú, quiere irse por piernas harto del esperpento villenero, anuncia en un comunicado que José Francisco López está dispuesto a renunciar a su candidatura en aras del consenso–. Adelante, detrás –López, horas después, y “marionetizado” por los “C.O.C.O.s”, anuncia que la Gestora puede decir misa, que él no ha renunciado a candidatura alguna–. Un, dos, tres –se filtran datos del censo de afiliados socialistas: una miembro de la Gestora no es ni afiliada, porque no ha pagado sus cuotas. José Ayelo tampoco. Al parecer, ha pagado tarde–. Hay qué fácil es la yenca. Mira qué bien va la yenca. Y qué graciosa es la yenca… Ya le digo, señora. Graciosísima. No sé quién se ríe más, si los afiliados socialistas o los del PP…

En fin. ¿Saben qué les digo? Que allá ellos. Felices Fiestas a quienes se las merezcan, y ¡Día 4 (u ocho, ay) que me Fuera!

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