Vida de perros

La Cultura en los Foros de Epdv

De todo lo que no llega al papel que semanalmente imprime este periódico, quizás merecen una especial atención las opiniones que se vierten de forma más o menos anónima en algunas noticias o columnas. Este es el caso de la entrada que Isidro Gosálbez –antes Asesor de Ocio del Equipo de Gobierno– introdujo en el foro del pasado Días Felices.
No hace falta escribir que tanto su vinculación personal con la cultura (por un lado), como con el Equipo de Gobierno (por otro), son avales suficientes para tener en cuenta su criterio. Por otro lado quiero dejar constancia de que si decido no reproducir aquí la aportación que Isidro realizó en el foro de la columna, es porque pienso que cada espacio de debate permite un tipo de lenguaje; y porque pienso que al ir precedida de varias entradas, la de Isidro no sólo está condicionada de lo que yo pude exponer en mi columna. Una vez dicho esto, Isidro, me gustaría aportar un par de ideas al debate.

En primer lugar diré que estoy de acuerdo contigo, que cualquier sitio es bueno para hacer un concierto. De hecho la calle cortada frente al Teatro Chapí –Luciano Arena– me parece un espacio adecuado. Es un espacio que presenta algunos problemas del mismo modo que otros espacios presentan otros problemas. De modo que damos un ok al espacio. Por otro diré que personalmente aplaudo que se decida contratar a “los mencionados grupos”. El problema entonces, Isidro, es que el Ayuntamiento comience a cancelar los acuerdos verbales alcanzados con algunos grupos un mes después de realizarlos y a tres semanas de la actuación. Nada que ver con lo que tú llamas “ridiculizar” el concierto de la Plaza de Toros portátil. Y aunque es cierto que yo fui el primero que pinché en relación al anuncio de un macroconcierto, creo que dejé bien claro que era la denominación lo que me molestaba, bien claro qué me molestaba y por qué. Que el concierto no funcionara, que fallara la convocatoria, no puedo decir que me doliera más que a ti, que me dolió –porque el cartel me pareció genial–. Porque sé de lo que hablas cuando dices “fracaso” (de público en todo caso), porque yo lo he vivido como organizador de conciertos en Villena. Y sé que es doloroso en muchos aspectos que falle la convocatoria en una actividad a la que has dedicado mucho trabajo, y entiendo que para ti tuvo que serlo todavía más porque tú sabías que ese “fracaso” supondría además un cierto descrédito por parte de tu grupo político hacia la idoneidad de realizar propuestas musicales. Tú sabías que lo que estaba en juego era mucho más que el éxito de aquel concierto. Pero te encontraste con la apatía de Villena y con la politización del recinto donde se actuaba.

Si tuviera que criticar un par de cosas de ese evento hablaría del desmesurado control policial y del caché que se adeuda a alguno de los grupos que se contrataron.

Me alegra que firmes muchos de tus comentarios en los foros como Isidro Gosálbez Ríos en lugar de hacerlo con un seudónimo, algo que como tú sabes permite la aplicación informática y es habitualmente utilizado. No te diré que utilizar nuestro verdadero nombre para firmar los comentarios que hacemos en los foros sea una muestra de valentía, porque eso supondría menospreciar los comentarios de quienes no lo hacemos (también sería sobrevalorar los comentarios de quienes lo hacemos).

Ahora y con nombre y apellido(s) al igual que tú, voy a referirme a la segunda parte de tu mensaje en el foro de mi columna Hasta donde llega el dinero. Dejando de lado esa teoría incomprensible que muestras al afirmar que creemos que la izquierda representa a los y las paladines de la cultura. Dejando de lado esa teoría incomprensible que afirma que quienes votan a partidos de izquierdas van a despreciar per se cualquier propuesta llegada desde el centro-derecha. De frente a la propuesta del Equipo de Gobierno para crear un espacio destinado a locales de ensayo para grupos de música, con un escenario y un mini estudio de grabación. Ahí te diré que la propuesta no me parece desacertada pero que presenta las mismas deficiencias que otras infraestructuras de ocio que sí se van a levantar. Tres a grosso modo. La ausencia de un análisis de campo que determine las necesidades, la ausencia de un proyecto sociocultural que determine el uso, y la evaluación de costes de mantenimiento y personal que conlleva. Dos deficiencias que también se pueden objetar por ejemplo a los proyectos de la Plaza de los Toros o a la Zona Cero Junior.

No es que esas cosas “sólo las pueda hacer la izquierda”, Isidro. Es que, al menos bajo mi criterio, antes de hacerlas, antes o además del “qué”, deben existir unos “para qué, por qué, cómo, cuándo, cuánto y dónde”. La aplastante realidad de nuestro sistema académico y laboral exige cada vez más, afortunadamente, que al igual que las construcciones deben ser dirigidas por personas probadamente cualificadas para ello, también en el terreno de la intervención sociocultural existan profesionales que demuestren que existen razones presentes y futuras para poner en marcha una instalación social o cultural.

Ante un estudio realizado profesionalmente, que el promotor sea un ayuntamiento rojo o azul, como comprenderás, estimado Isidro, importa poco. Pero frente a la construcción de unas instalaciones cuya función queda apenas detallada por su denominación, me gustaría que entendieras que algunas personas mantengamos una postura escéptica. Porque no es lo mismo mantener un debate sobre el ladrillo que mantenerlo sobre el antes y el después de la cultura musical, la cultura, o la juventud de Villena.

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