Sociedad

La euforia “culé” se desata en Villena

Tras catorce años de espera, cientos de aficionados barcelonistas celebran por todo lo alto la conquista de la Champions League en bares y parques de Villena
Nada podía fallar. Tras catorce años de espera añorando los tiempos del “Dream Team” de Johan Cruyff y visionando una y otra vez el histórico gol de Ronald Koeman en el mítico estadio de Wembley, los aficionados blaugranas, que en Villena son legión, celebraron por todo lo alto la consecución de su segunda Champions League (la antigua Copa de Europa), obtenida el miércoles por la noche tras derrotar en el estadio parisino de Saint Denis al temible Arsenal de Thierry Henry.

Como no podía ser de otro modo, la celebración comenzó a gestarse en los bares, verdaderos templos futbolísticos capaces de concentrar a centenares de aficionados independientemente de su edad, intereses y condición, y sobre todo en la sede de la Peña Barcelonista Villena, un magnífico local situado en la calle El Hilo en el que El Periódico de Villena pudo vivir en primera persona, invitado por el presidente de la peña, Ricardo Menor, cómo viven y sienten el fútbol los más fieles seguidores del club blaugrana en nuestra ciudad.

Incertidumbre, nervios, tensión y mucho pesimismo se vivió a lo largo de tres cuartas partes del partido, pero todo ello se vio compensado con los goles de Etoo y Belletti y la explosión de una alegría desbordada cuando el colegiado señaló el final del encuentro y puso fin a la larga espera culé. Desde ese momento, y tras los abrazos y cánticos de rigor, se descorcharon botellas y comenzó a correr el cava, amén de otros muchos licores, mientras que los más inquietos comenzaron a enfilar la calle para trasladarse a la plaza del Rollo y el recinto ferial, lugar de encuentro y celebración masiva para todo un colectivo de aficionados que no dudó en sacar sus banderas a la calle, bañarse en las fuentes y hacer sonar tracas, sirenas y bocinas para hacer a toda la población partícipe de un momento largamente esperado.

Durante horas, cientos de aficionados se dejaron llevar por una euforia contenida y una explosión de júbilo que tuvo como efectos secundarios las ojeras y dolores de cabeza que este jueves por la mañana tienen muchos villenenses. Resaca, sí. Pero una resaca feliz. ¡Enhorabuena a todos!

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