El Diván de Juan José Torres

La Gibraltar de Gila

Lamentablemente ya nos abandonó hace algunos años el genial humorista Miguel Gila, siempre sarcástico e irónico cada vez que se ponía en contacto con el enemigo a través del teléfono. Si Gila levantara hoy la cabeza la volvería a agachar, pues el mundo está un poco más loco que entonces. Este artículo desea ser un homenaje al inmortal cómico, teniendo como excusa el reciente conflicto, crónico por otra parte, entre el Estado español y el gobierno de Gibraltar.
“¿Está la reina de Inglaterra? Sí, la Isabel II esa. Aquí también tuvimos una Isabel I y otra II, todas santas. ¿Qué no está disponible? ¡Ahh! Que está tomando el té en Buckingham y no se le puede molestar. Pues póngame con el Príncipe Carlos. ¡Válgame Dios! ¿Qué está jugando al golf? Claro, tampoco se puede poner. Bueno, pues que se ponga el Cameron ese, el Primer Ministro. Sí, aquí en España estoy a la espera, de hecho estamos esperando toda la vida a los demás, o sea, que estamos acostumbrados…”.

“¿Míster Cameron? Mire, llamo desde la Línea de la Concepción, ¿no tendrán ustedes un detalle y dejarían de dar por saco con esto del Peñón? Es que llevan toda la vida jodiéndonos. Y ahora es que se han pasao dos pueblos, porque ya me dirá usted por qué puñetas tiran bloques de hormigón en esas aguas, que los pescadores de aquí no pueden faenar porque si chocan con las piedras se les va a hacer un bujero de tres pares de narices y se les rompe el casco, vamos, que se hunden. ¿No podían haber tirado ustedes, qué sé yo, pequeños contenedores de su almuerzo típico, el kitchin ese? Por lo menos dan de comer a los peces…”.

“¡Ah! Que el Peñón se lo regalamos nosotros hace 300 años, que es vuestro y que hacen lo que les da la gana… Sí, sí, claro que le escucho. Sí, sí… Hombre, mirado así sí que parece que tienen algo de razón. O sea, que en el Tratado de Utrech, firmado en 1713, nuestro rey os entregó todo el Peñón. Que en el artículo X de dicho tratado dice que “el rey católico Felipe V, por sí y por sus herederos y sucesores, cede por este Tratado a la Corona de la Gran Bretaña la plena y entera propiedad de la ciudad y castillos de Gibraltar, juntamente con su puerto, defensas y fortalezas, dando la dicha propiedad absolutamente para que la tenga y goce con entero derecho y para siempre, sin excepción ni impedimento alguno”.

“Pues menudo calzonazos el Felipe V de los huevos. Y esto no tiene arreglo entonces. Y me dice usted que quien se fue a Sevilla perdió la silla. Ya, ya… Pero ¿a que usted no sabe que España tiene un derecho de reclamación? Porque en ese Tratado dice bien clarito que si los hijos de la Gran Bretaña dan, venden o enajenan de cualquier modo la propiedad de Gibraltar, España puede pedir la devolución del Peñón. Y que yo sepa Gibraltar tiene Gobierno propio desde 1964 y desde 2006 tiene garantizado el derecho de autodeterminación, con lo que ustedes han enajenado esas tierras a los gibraltareños y ya no es suya. Además, el Tratado no hablaba de ampliación del territorio mediante diques, ni aeropuertos, ni aguas jurisdiccionales…”.

“¿Qué hable con Picardo? ¿Qué es el principal enemigo? Hablé ayer con él y le dije de todo, y él me dijo que hablara con el Reino Unido, que digo yo que si tan unidos están a ver si se aclaran un poco. ¿Sabe que le digo? Que ya no dejamos pasar ni camiones de arena ni de piedras, y como se pongan tontos cerramos hasta la verja y me trago la llave, para que se rebote el Picardo. Lo siento, hay interferencias…”.

Pues eso, que para ponerse bordes, nosotros. Bloqueo a Gibraltar.

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