La merma que no llega
Repite una semana más nuestro concejal de Cultura Francisco Abellán que ninguna de las próximas actividades culturales se verá mermada a causa de las eventuales circunstancias que padece su área. Aprovecha el titular y escribe barrios donde se leyó verano. Semanas culturales de los barrios.
El caso es que, casualidad o no, el pasado lunes oí el comunicado que lanzó la asociación de uno de nuestros barrios. El mensaje exponía la incapacidad circunstancial de la directiva para organizar este año su Semana Cultural. Como solución, esta recién estrenada directiva ofreció a quienes dispusieran de tiempo y capacidad el reto de ocuparse de la organización de la celebración.
Éste es, señor Abellán, uno de los supuestos con los que nos podemos encontrar en el área sujeta a su responsabilidad. No importa si se trata de esta situación concreta, o si las circunstancias son provocadas por un accidente, un malentendido, un desajuste inesperado e impredecible o una confrontación en busca de negociaciones paralelas (de cara al barrio, hablamos siempre de barrios). No importa porque su equipo debe estar preparado para lidiar con el conflicto del mismo modo que su otro equipo (el del área de Fiestas de Moros y Cristianos) lo está, con seguridad, para lidiar con cualquier inesperada circunstancia planteada por alguna de nuestras catorce comparsas (he omitido en el último momento a la Junta Central de Fiestas por mi ignorancia acerca del estado de las tensiones mantenidas entre ustedes).
El caso es que me consta, el programa de los barrios así lo demuestra desde hace más de una década, que existía una línea determinada al respecto del área de cultura con la que daba personalidad e individualidad a cada barrio. De este modo la ciudad podía disfrutar de danza en el Carril, flamenco en San Francisco, títeres en Las Cruces/San Crispín, payasos en La Paz, magia en el Parque de la Banda de Música, etc. La idea no era mala, porque sumaba a las actividades relacionales de las asociaciones vecinales, un evento único al que invitar a toda la ciudad (todas las actividades de los barrios están abiertas a la ciudad, pero Esa actividad buscaba suscitar mayor convocatoria). Perder este camino puede significar perder más de lo que calculamos. Mientras tanto si miramos a nuestro alrededor no podemos quejarnos, disfrutamos/sufrimos el pasado fin de semana: el encuentro de Bolillos, el desfile de las Carretas rocieras, la pasarela de trajes de comunión durante el desfile del Corpus y, como no podía ser de otro modo ni podía faltar envidiosa entre tanto evento, la reunión (no sé porqué) y desfile de no una comparsa o escuadra sino de la comparsa de Cargos Festeros banda incluida. ¡Qué país!, decía aquel, y a mí me toca decir ¡Qué ciudad!