La naturaleza se abre paso… también en el casco urbano de Villena

Durante estas extrañas semanas de confinamiento, son muchas las noticias que hemos podido ver en todo el mundo referentes al respiro que el parón forzoso de la actividad humana ha dado al planeta: reducción de los niveles de contaminación, cetáceos en nuestras costas, delfines campando a sus anchas por los canales de Venecia… y hasta flamencos y otras aves en lo que en su día fue la Laguna de Villena.

Pero, además de los animales, también la vegetación reclama lo que es suyo, y al margen de la exuberancia que presentan algunos parques y jardines de Villena, en los que no se ha actuado en las últimas semanas (si bien es cierto que en algunos no se ha actuado en mucho tiempo más), hay otras imágenes totalmente inusuales que nos están llamando la atención estos últimos días.

Ya lo vimos hace algunas semanas en Roma, donde la ausencia de turistas está permitiendo a la hierba abrirse paso entre los adoquines de la Ciudad Eterna, pero ahora ese imparable avance de la naturaleza está llegando también a nuestra ciudad y a algunos de sus espacios más emblemáticos.

Sirva como ejemplo el Paseo Chapí, donde desde hace algunas semanas las juntas de los bloques de hormigón de su pavimento comenzaron a ser tomadas por una fina capa verde.

Una fina capa que, desde hace unos días, está dando lugar a los primeros brotes, que en la parte baja del Paseo, la más cercana a las vías del tren, nos regalan una estampa totalmente desconocida.

Obviamente, la ausencia de paseantes y niños jugando es la responsable de esta situación, que irá quedando atrás conforme se vaya recuperando la normalidad, con el permiso para que los niños salgan un rato a pasear y tomar el aire cerca de casa, a partir de mañana, como primer paso.



Pero mientras dure, seguiremos disfrutando de unas imágenes que, sin duda, van a quedar en el recuerdo colectivo como consecuencia de uno de los momentos más extraños y graves que nos tocará a todos vivir como sociedad.