El Volapié

La Plaza

Con estas únicas dos palabras han bautizado en los carteles publicitarios al recinto plurifuncional que se está construyendo donde estaba la antigua plaza de toros y que únicamente conserva gran parte de su fachada.
La Plaza es la denominación mediática y propagandística que se viene empleando a nivel oficial para referirse al edificio polivalente y cubierto que se está erigiendo sobre las cenizas de la última plaza de toros que hubo en Villena.

La Plaza que ahora se está edificando y en la que -a lo mejor incluso se celebrará algún festejo taurino- está ocupando más o menos el mismo espacio que ocupó la plaza de toros antes de su demolición.

La Plaza no se construyó por suscripción popular –como falsamente algunos han informado para confundir al pueblo de Villena– y no es de recibo la manera en la que fue demolida. La Plaza va a tener una maravillosa pirámide mientras que la plaza de toros tenía corrales, patio de cuadrillas y de caballos, desolladero…

La Plaza ya no se llama de toros y desconozco quien es el autor intelectual de la proeza así como si el eslogan es fruto de la vergüenza, de la desvergüenza, del marketing, del despropósito, si es una genialidad o sólo pretende el ahorro de tinta. En tal caso sería muy de agradecer la consideración en aras de lo mal que lo estamos pasando muchos españoles para salir adelante.

La Plaza tendrá un aforo inferior a la mitad del que tenía la vieja plaza de toros y será de tercera categoría como lo fue la anterior, pero antes se anunciaban carteles como los de las mejores ferias y a partir de ahora -me juego esta columna- en Villena sólo veremos a las figuras retratados en los carteles anunciadores, o de paso, comiendo en alguno de los buenos restaurantes de nuestra ciudad.

La Plaza tendrá un ruedo tan pequeño que si fuera un centímetro más pequeño de lo que está proyectado, estaría incumpliendo el reglamento taurino. La Plaza deberá contener debajo del graderío tres corrales -uno de ellos con salida directa a los chiqueros- y dos patios –uno a cada lado de estos corrales- para que resulte legal la celebración de festejos taurinos, aunque sólo se trate de uno al año.

La Plaza va a ser un escenario ideal para la celebración de circos, campeonatos de motocross, pasarelas de moda, conciertos de rock y degustación de horchatas, cervezas y mojitos en la multifuncional terraza que rodeará su contorno exterior, mientras que la vieja plaza de toros sólo servía para que se pudiesen dar corridas, presentar a las madrinas y a la regidora, proyectar películas en el cine de verano, para que actuasen Peret, Gelu y Rosita Amores o para ir a comer sangre encebollada a su único bar.

La Plaza me preocupa una barbaridad junto con otra plaza que llamamos de Las Malvas, que fue una preciosidad y que ahora está ocupada por una fauna imposible. ¿Nadie se ha percatado de esto? ¿La autoridad no puede intervenir de oficio?

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