La Rockola de Fernando: Las doce campanadas
Y un año más nos encontramos ya con diciembre, ese mes tan lleno de fiestas y que indefectiblemente marca el final del año, con esas doce campanadas de rigor que anuncian siempre un adiós y una bienvenida.
El 2016 que ya va terminando será recordado como el año en que estuvimos con un gobierno en funciones, mientras la oposición se afanaba en buscar acuerdos casi imposibles que les dieran ese ansiado porcentaje necesario para gobernar el país y el rumbo de todos nosotros, los españolitos de a pie. Ciudadanos, como uno de los antiguos líberos futbolísticos, jugando en todas las bandas y pactando ora a izquierdas ora a derechas, siendo lo más curioso de todo, que tantos unos como otros le aceptaban ese famoso programa de 150 medidas. Se ve que Albert, como buen catalán de una comunidad en la que el negocio textil siempre ha sido importante, domina bien lo del prêt a porter y es capaz de hacer trajes que le encajen igual a Sánchez que a Rajoy.
Hablando de Sánchez, él, en compañía de otros, como pondría en cualquier sentencia acusatoria, se encargó de romper un partido que hasta entonces siempre dio la imagen de unidad, a veces mal disimulada, pero entera. Sus claros afanes de poder y gloria le hicieron pactar con Podemos a espaldas de sus compañeros de partido y soltar un No es No que, si bien lo hizo famoso, tan solo lo sacó de su cómodo despacho primero y de su escaño después. No supo o no quiso anteponer la estabilidad de la Nación a sus afanes de grandeza y lo tuvo que pagar no con sangre, pero sí con gasolina.
Mientras Podemos se encuentra también envuelto en ese rifirrafe interno del que veremos cómo salen, aunque si algo está bien claro es que saldrán con Iglesias por delante, y es que este ya tiene bien claro que la vida de político es mejor que la de profesor de universidad. Gracias a ello ha doblado su patrimonio y ha entrado a formar parte de ese 1% de ciudadanos españoles que conforman el grupo de los ricos en España.
También recordaremos a 2016 como el año en que Hacienda puso su mirada sobre el futbol y se encontró que hasta en el deporte rey se encuentran defraudadores, gente que a pesar de disfrutar de millonarios sueldos y contratos todavía quiere más, aunque eso suponga eludir las obligaciones fiscales que cualquier asalariado, por el propio sistema imperante, no puede eludir. Aquí se ve qué poco importa el color de la camiseta, pues cuenta más ese color verde o lila de los grandes billetes que ocultan.
La sangre de las mujeres españolas siguió, durante este año que ya termina, tiñendo de sangre el suelo patrio. Agresiones mortales que este año, hasta noviembre, sumaban la despreciable cantidad de 45 fallecidas. 45 mujeres, madres, hijas, novias, amigas o esposas que jamás merecieron morir de esa manera. Desde el año 2003, llevamos la funesta cuenta de 866 mujeres fallecidas. Si tenemos en cuenta que ETA, desde 1960 hasta 2010 (50 años), asesinó a 829 personas, nos daremos cuenta de que este es el nuevo terrorismo, a pesar de que de ETA hablaba todo el mundo y de estas víctimas tan solo se hace algún comentario el día en que la caja tonta nos da la noticia.
Por lo demás, acudimos a unas olimpiadas a Brasil, país que no tiene dinero para muchas cosas, donde el 26% de la población no tiene acceso a la seguridad social, donde más de 11 millones de personas viven en favelas, donde hay un 68% de analfabetos funcionales y un 7% de analfabetos totales y con 42.000 fallecidos por arma de fuego, según el último estudio, realizado en el 2012, pero sí hubo dinero para levantar unas impresionantes construcciones en las que fuimos capaces de ganar 7 oros, 4 platas y 6 bronces, mientras los brasileños, la gran mayoría, siguen pasando el año con unos 4.000 dólares por cabeza.
No puedo dejar de mencionar a ese cáncer que con las siglas EI, de Estado Islámico, amenaza a todo el mundo, y que está provocando un éxodo de refugiados como hacía muchos años que no se veía, mientras que nuestro gobierno y nuestra oposición, junto con las grandes potencias mundiales, son incapaces de secundar a Rusia y crear una alianza de civilizaciones que sea capaz de acabar con ese terrorismo religioso que ya tantas vidas se ha cobrado en el mundo.
Y sería interminable la relación de hechos mencionables de este 2016, pero se trata de una columna, una simple columna, no de un anuario que en numerosas páginas iría desgranando lo que fue actualidad durante todo el ciclo. Así que con esto dejo cerrada mi Rockola periodística hasta el año que viene, no sin antes daros las gracias por estar siempre atentos a la misma y desearos unas Felices Navidades en compañía de los vuestros y un Próspero Año 2017. Aquí os espero.