La Rockola de Fernando: Otro año más
Llega el fin de año y con él no queda sino echar un poco la vista atrás para ver cómo ha discurrido mientras, y de reojo, vamos ya mirando hacia ese 2018 aun nonato y que como todos aquellos que le han precedido a lo largo de los siglos, será un libro del que iremos pasando páginas día a día.
Los años al pasar nos hacen más viejos, o más mayores o más veteranos, y no sigo con la lista de adjetivos, pues en esta España tan políticamente correcta y tan moralmente reprobable, los que escribimos y no importa si son firmas consagradas o simples aficionados como el que suscribe esta columna desde hace ya más de un año, debemos ser muy cautos a la hora de escribir, con el fin de que toda esa horda de culturetas y licenciados en nada no se suba por las paredes cuando el escritor, en la soledad de su escritorio, no guarda, según ellos, la debida compostura a la hora de asignar sexos, oficios, artículos gramaticales, adjetivos, plurales y todo aquello que pueda herir la que supongo debe ser una sensibilidad muy superior, enormemente superior, tremendamente superior a la de la mayoría de los mortales, aquellos que no nos escandalizamos cuando en un plural ponemos que fuimos todos, que lo hicimos nosotros, que llegaron ellos y muchas composiciones más que hasta hace dos días hasta los niños del parvulario entendían, y que ahora, y por mor de ese feminismo, en mi opinión muy mal entendido, exige so pena de que te condenen al cadalso de los retrógrados fascistas, que distingas en todo momento el sexo de los que conforman el grupo.
Así ahora debe decirse que fuimos todos y todas, que lo hicimos nosotros y nosotras y que llegaron ellos y ellas. Pero... no acaba aquí mi tribulación, pues además de lo que ya estaba claro desde que el mundo es mundo, ahora hay que añadir también a los gays, lesbianas, transgénero y toda una fauna que ha nacido al albur de todo esta boutade intelectual que nos domina, con lo que no sé si lo correcto será decir que fuimos todos y todas, los que por fuera son todos y por dentro todas, los que por fuera son todas y por dentro todos y unos más que no sé lo que son.
Lo curioso es que se está dando importancia a unos asuntos que siempre he pensado se utilizan para ocultar males mayores, así creo que mejor sería preocuparse de los parados y paradas, de los desahuciados y desahuciadas, de los marginados y marginadas, de los mayores y las mayoras, de los niños y niñas con hambre y de muchas cosas más realmente importantes, pues a la hora de la verdad, hambre, pobreza y miseria, no entienden ni de sexo ni de política ni de convenciones sociales ni modernidades absurdas.
Así que este año que ya termina y en el que no olvido que Trump ganó las elecciones, que los coreanos la quieren liar con sus misiles, que los del ISIS atentan por todo el mundo y a nosotros nos tocó en Barcelona, que ya nadie habla del caso Noos, que los Pujol siguen tan campantes, que los socialistas en Andalucía están de juicio, que el PP no tiene claras las cuentas y que en Cataluña las elecciones están ya ahí y que no van a servir para nada, ha sido el año en que tal vez hayamos olvidado lo importante, que no son sino las personas más débiles y desprotegidas de la sociedad, esta sociedad que ha creado en época de crisis más ricos y muchos más pobres y no veo que ni los miembros y miembras tanto del gobierno como de la oposición, hagan nada por centrar el gasto donde realmente hace falta y ya, cuando todos tengamos la barriga llena, un techo donde dormir la siesta y un trabajo en el que discutir con el jefe, ya nos preocuparemos por si Ramón quiere ser Pili o aquellos y aquellas reivindican su derecho a hacer el amor con los árboles y la tierra.
Así que visto lo visto en este 2017, casi, que me conformaría con que Papá o Mamá Noel, los Magos o las Magas o el coño de la Bernarda, nos trajeran a todos un poco de sentido común, simplemente eso, y que a partir de ahí, hagamos que los políticos, sean del signo que sean, cumplan sus promesas y que todos, comenzando por nosotros, hagamos todo lo posible para que este mundo sea cada vez más humano y menos absurdo.
Ahora solo me queda daros las gracias por leerme durante todo el año, desear que lo sigáis haciendo y que en vuestras casas, durante todo ese 2018 y especialmente en estos días navideños, reinen la paz, el amor y la felicidad, aunque si bien lo miráis, está en nuestras manos más de lo que lo pensamos. Feliz Navidad y un próspero año nuevo.