Las Ayudas, el Edificio y la Rotonda
Hace un par de semanas tomé unas anotaciones al respecto de algunas ayudas económicas que Villena tiene pendientes de recibir, dos en concreto: una para la construcción de un edificio en la Plaza Colache (569.000 ) y otra para la realización de una rotonda en la Carretera de Yecla (500.000 de ADIF en compensación por las obras del AVE). El edificio en cuestión tenía como primera finalidad acoger una Escuela de Hostelería, aunque ahora se habla de otros usos, como albergar la Escuela Oficial de Idiomas (entre otras ideas). Lo que viene a recordar a un edificio plurifuncional, otro, en el caso de nuestra ciudad. Otro edificio realizado con ayudas que ¡por dios, no podemos dejar perder!, pero que pronto se revela como insostenible.
Y es que tantas ayudas, tanto chorrazo de dinero que ha entrado desde tantas partes, casi han conseguido darle un vuelco a la ciudad. Y no diré que no sean necesarias las ayudas o los edificios, no diré que algo sobre, pero reconozcamos que hemos sembrado Villena de edificios fantasma y de compromisos económicos casi insoportables. Caso de La Plaza, de la que no sólo nos hemos de hacer cargo de los pagos, de momento esperemos, sino que además carecemos de recursos humanos, materiales y económicos para ponerla en funcionamiento con una programación estable como reclama la población. Con muchas similitudes aparece también el Conservatorio de Música: a medio terminar tras el traslado de las oficinas del Teatro Chapí al otro lado del edificio. Otros casos serían el del Espacio Joven, donde se realizan verdaderos esfuerzos para conseguir ponerlo en marcha (algo para lo que va a resultar casi imprescindible la ayuda del Consejo de Juventud, es decir, de las Asociaciones Juveniles de Villena). O el de la Piscina Cubierta Municipal, cuyos precios de salida son dudosamente competitivos respecto a los de una piscina propiedad de una empresa privada.
Un problema como consecuencia, o una serie de problemas ocasionados irónicamente por exceso. Nos hemos puesto ciegos a solicitar ayudas, a sumar créditos, hemos intentado arreglar todos nuestros problemas de un solo golpe. Y ahora nos encontramos sujetos y sujetas a la espera de los segundos plazos de las ayudas, de la colaboración ciudadana, o de los milagros; y ahora nos encontramos sujetos y sujetas a la imposibilidad de dotar de los programas y los recursos pertinentes a cada proyecto. Aunque quizás, queridas personas, algunas de ustedes me dirán: pues más vale pájaro en mano que ciento volando. Pero puede que el problema sea también tener cien pájaros en la mano y no dar de sí para sujetar a todos cómodamente, sin ahogarlos ni echarlos a perder.
Por otro lado tenemos la Rotonda a construir con el dineral que ADIF entregará a Villena por la construcción del AVE (habría que ver el desglose de conceptos por los que se llega a esa determinada cantidad). Y uno empieza a pensar en rotondas, y acaba pensando en carreteras, calles y demás problemas pendientes en nuestra ciudad. Porque tampoco les puedo asegurar si el donativo de la empresa ferroviaria esté sujeto a su uso en asfalto, a resolver los problemas causados por las nuevas vías (como el incremento de tarifa en los billetes de los trenes que transiten por dichas vías), o si puede ser destinado a cualquier otra buena causa.
El caso que a raíz del asunto uno empieza a pensar en el dichoso corte de la calle Luciano López Ferrer, que para tanto ha dado (y da) en esta ciudad y durante tanto tiempo. Y entonces uno recuerda los nueve mil euros destinados a costear la valla que separa el Paseo Chapí de la carretera, gastados de momento para nada. Y uno piensa en las vallas que impiden cruzar la Avenida de la Constitución a la altura de la intersección con la Calle San Isidro. Y piensa: ¿Por qué no quitaron esta inútil y ridícula valla de allí, la enderezaron y la pusieron en la Calle Luciano? Aunque al hilo de dicha intersección, es imposible no interesarse por los tres semáforos en ámbar que dejan al buen criterio del conductor y/o conductora su incorporación a cualquiera de los sentidos de la Avenida o al cruce de la misma. Impresiona ver cómo una Avenida recientemente organizada presenta deficiencias como ésta o como el tramo inútil frente al Colegio Salesiano que días atrás utilizábamos para subir por la calle San Rafael hacia la zona de Las Cruces.
También se pregunta uno acerca de la necesidad de ejecutar obras junto a los colegios en pleno periodo escolar. Se hizo junto a los Salesianos, a los Príncipes y Celada, como ahora junto a los del Grec y la Encarnación (si no contamos a dos de nuestros institutos).
Pero volvamos a la Rotonda (elemento cuyo precio en metro cuadrado es similar al de una catedral gótica). Volvamos a ella porque para mi sorpresa se planea ubicar en la carretera de Yecla a la altura del Chicharra Cars. Allí. No en el cruce con la carretera de Pinoso, Salinas, Cooperativa, Bodegas y antigua carretera de La Virgen. No en ese cruce que cuenta con dos incorporaciones y una salida hacia la carretera de Pinoso, que cuenta con entrada y salida a la gasolinera (y servicio de aire para neumáticos por sólo un euro), que cuenta con entrada y salida hacia las diferentes empresas situadas tras la gasolinera. No. Cualquiera de ustedes, si lo piensa bien y tuviera que ubicar una rotonda en la carretera de Yecla la colocaría a la altura del Chicharra Cars. Of course.